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Cultura

Los sitios abandonados más terroríficos de Extremadura para visitar en Halloween

Cultura

17 de Octubre de 2018

Halloween, fiesta pagana del 31 de octubre al 1 de noviembre, se celebra alrededor del mundo desde hace milenios. Los primeros indicios de esta festividad los tenemos en pueblos celtas como Irlanda, Gales, Escocia y el norte de Francia, donde se celebraba el ‘Samhain’.

El Samhain consistía en un rito como colofón a las cosechas y comienzo del invierno. Los druidas, conocidos como chamanes célticos, creían que en una determinada noche -la del 31 de octubre- las brujas gozaban de mayor vitalidad, o a los propios chamanes se les concedía el don de adivinar el futuro, los límites entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos desaparecían completamente, e incluso, que los fantasmas de los muertos venían del otro mundo a llevarse consigo a los vivos.

Por eso, en la noche de Samhain los druidas preparaban enormes fogatas para recitar hechizos y formular conjuros, intentando ahuyentar a los malos espíritus. A su vez, los pueblerinos dejaban dulces o comida a la puerta de sus casas, para que los difuntos se fueran contentos y les dejaran en paz.

En Extremadura abunda el misterio debido a la cantidad de pueblos o monumentos abandonados, muchos de ellos con grandes leyendas de fantasmas o terroríficas historias que han marcado su destino.

LOS SITIOS MÁS TERRORÍFICOS DE EXTREMADURA

El despoblado de Almansa: Unión, trabajo y Constancia.

Este pueblo fantasma se encuentra cerca de Alía (Cáceres) fundado a raíz de que en el pasado siglo el régimen franquista desarrollaba el ‘Plan Badajoz’.

El promotor y artífice de este pueblo fue Don Eusebio, un innovador empresario de la postguerra, padre de diez hijos y abuelo de 55 nietos.

Cuentan que, en el patio de la casa del creador y al finalizar las clases, los niños representaban una obra teatral. La gente decía que los niños eran felices, pero sin embargo, muchas veces habitaban en ellos sentimientos encontrados. Actualmente solo quedan 7 familias en el pueblo.

El castillo de Rocafrida o Floripies, fortaleza templaria sumergida bajo el agua

El castillo de Floripes, en Alconetar, es también conocido como de Alconetar o de Rocafrida, según documento de Juan II. La construcción actual de la fortaleza es gótica parece probable que su origen estuviera en una mansión romana de nombre Turmulus que posteriormente sería reconstruida por árabes y cristianos.

Lo que fue antes una increíble fortaleza está abandonada desde 1969, sobreviviendo al paso de los años después de pasar por manos árabes, reyes españoles, condes y monjes-guerreros, como si una fuerza de otro mundo la obligara a mantenerse en pie.

Central nuclear abandonada de Valdecaballeros

En mitad de La Siberia extremeña nos encontramos con una colosal edificación de hormigón abandonado desde hace más de 30 años, dentro de esta aún podemos ver los cascos de los trabajadores, sus ropas y accesorios, hablamos de la central nuclear de Valdecaballeros.

Conforme uno se acerca a la enorme estructura fantasmal, en un terreno desamparado del mundo, da la sensación de estar adentrándose en unas instalaciones militares secretas.

La abandonada cárcel vieja de Cáceres

En 1791 la ciudad de Cáceres se ve obligada a contruír una cárcel, que se ubicó en la calle de Nidos junto al Hospital de la Piedad, la entrada al edificio se realizaba por el estrecho y frío corredor de San Benito. Las celdas sin luz, una infraestructura sin ventilación... acabó por recibir el nombre de las ‘galeras’.

Siguiendo la tendencia arquitéctonica de la II República, la cárcel fantasma continúa recibiendo visitas de ladrones que se hacen con palos de cepillo y escurrideras, como en el caso de 2011.

Convento franciscano abandonado en Arroyo de la Luz

Fundado en la década de 1750, pero sin saber cuando empezaron las fantasmales construcciones, se alza este convento que se mantuvo habitado hasta la desamortización del siglo XIX. En el siglo XX se convirtió en almazara y posteriormente las dependencias se convirtieron en establos.

Entre los años 2000 y 2003 la Junta de Extremadura llevó a cabo trabajos de rehabilitación para convertir una parte de este convento en un aula de cultura, los trabajos afectaron concretamente a la iglesia con su capilla barroca y parte del claustro.

Pero el resto de dependencias quedaron sumidas en el más absoluto de los olvidos, las ruinas corresponderían a las dependencias conventuales, el claustro, el refectorio y probablemente las celdas de los frailes.

Recordad antes de entrar en estos sitios abandonados si hay alambrada electrificada, guardias de seguridad o algún okupa. Se recomienda el uso de linterna y ropa cómoda.

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