OPINIÓN: Periodistas que pasan de lo que pasa
30 de Mayo de 2018
La herramienta básica del periodismo no es el medio, ni el estilo, ni siquiera las fuentes. Es la credibilidad. Cuando la gente del periodismo pisotea su credibilidad, pierde su condición de periodista.
Han cambiado de profesión, en ocasiones, para siempre. Podrán ser humoristas, propagandistas, dedicarse a la interpretación o vivir estupendamente a costa de las infidelidades propias o ajenas, pero no hacen periodismo.
El periodismo es otra cosa, aunque actualmente se llame periodista a cualquier persona que aparece con regularidad en uno o varios medios de información.
En mi opinión hay tres tipos de personas que viven del periodismo:
Están los periodistas que se esfuerzan en contar lo que pasa. Suelen trabajar en medios de provincia y difícilmente se enriquecen.
Están los propagandistas, que se empeñan en que pase lo que cuentan. La gran mayoría trabaja en Madrid y muchos se dedican a la información deportiva.
Y están, por último, quienes se consideran periodistas, pero pasan de lo que pasa y hasta pasan de lo que cuentan. De esta especie hay en todas partes. Y cada día más.
En este último grupo enmarco a aquellas y aquellos profesionales del periodismo que han ‘retuiteado’ o han bendecido con sus ‘me gusta’ la broma de un cacereño que ha pasado de la práctica inexistencia social o ser un ‘celebridad viral’ en Twitter.
Y todo por hacer famosa a una chica inexistente, falsa ganadora de las Olimpiadas de Física y Química 2018, de la que los medios informativos no hablan, pero no porque no exista, sino sencillamente porque no es futbolista.
Al autor de la broma no se le ha ocurrido mejor cosa que acompañar su tuit con una foto de la simpática, divertida y ocurrente actriz de origen libanés, y residente en los Estados Unidos desde los nueve años, Mia Khalifa. Una estrella del porno.
En una demostración palpable de que pasan de lo que pasa y hasta de lo que bendicen con sus ‘me gusta’ y sus ‘retuit’, esas y esos periodistas de renombre han contribuido a darle una pátina de veracidad a una mentira tan inocente como paticorta.
Como personas, han quedado en ridículo y se han hecho un flaco favor; como profesionales, han contribuido a desprestigiar un poco más el noble y difícil oficio del periodismo y, eso sí, como gentes que vive de que el mundo les conozca han demostrado lo poco que conocen el mundo, pues Mia Khalifa es toda una celebridad mundial desde que ajustó sus hechuras a las exigencias del porno.
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