OPINIÓN: Si no queréis casas de apuestas, tomad casinos
4 de Diciembre de 2018
La FEMP (Federación de Municipios y Provincias) es posiblemente el órgano político del Estado más pegado al terreno. El que mejor conoce la realidad. No en vano está integrado por alcaldes que, en la mayoría de los casos, suelen lidiar hasta personalmente con los problemas que sufren sus vecinos.
La FEMPEX, su rama extremeña, no es una excepción. A la FEMPEX le preocupa Extremadura. Por tal motivo, en la primera quincena de noviembre, su presidente, el socialista Francisco Buenavista García, alcalde de Hornachos (Badajoz), visitó a Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta, en Mérida, capital de la región, y le manifestó lo mucho que le preocupa el negocio de moda en la comunidad autónoma: las casas de apuestas. Tanta es la preocupación que, en Mérida, el asunto hasta ha sido debatido por el Pleno municipal.
Como publicó 7Días el 13 de ese mes, la FEMPEX mostró la “preocupación de los alcaldes y alcaldesas por la proliferación del juego y las apuestas en la región”. Buenavista salió de la sede de la Presidencia de la Junta con la “satisfacción” de comprobar que las apuestas, los juegos de azar, es un asunto “que está dentro de las preocupaciones de la Junta de Extremadura”.
Sí sí, que te vi. En lo que incuba sus huevos una gallina, 21 -impar y rojo- días después, el 3 de diciembre, Guillermo Fernández Vara, presidente de la Junta de Extremadura, ponía su altavoz personal al macroproyecto californiano Elysium City, con el que se pretende convertir la localidad de Castilblanco (La Siberia extremeña) en una miniréplica de la ciudad de Las Vegas, desierto de Mojave (EE UU).
El macropoyecto Elysium City habla de construir en Castilblanco (Extremadura) un parque temático acuático, un campo de golf de 18 hoyos, tiendas de ropa y entretenimiento gastronómico, un estadio de 40.000 localidades para deportes y espectáculos musicales, un puerto, un carril bici, senderos naturales, helipuerto, un centro de datos y no uno ni dos ni tampoco tres, sino cuatro: cuatro casinos de juego, de apuestas, con sus correspondientes hoteles que sumarán 3.000 habitaciones. Lo más parecido a Las Vegas que se ha visto en Europa, vamos.
Habrá un icónico casino hotel de 5 estrellas; un parque temático con su casino de 4 estrellas; un parque acuático y el correspondiente casino de 4 estrellas; y un casino hotel para conferencias de 3 estrellas.
Y todo ello, como ya dijo 7Días y se obstina en recordar Podemos, gracias a la Ley de los Casinos, menos conocida como Ley Extremeña de Grandes Instalaciones de Ocio, la LEGIO.
Se trata sin duda de una jugada maestra de la Junta, de una solución a lo grande. ¿Habrá mejor forma de terminar con las pequeñas y molestas casas de apuestas que abriendo cuatro grandes casinos, cuatro casones, cuatro supercasoplones para que la población extremeña, y quienes vengan de fuera, puedan jugarse hasta las pestañas. Si es que aún les quedan pestañas en el año 2023 y en el 2028, fechas claves en la construcción de Las Vegas de Castilblanco.
Como publica 7Días, este 4 de diciembre, la diputada de Podemos Irene de Miguel, que en las elecciones se peleará con Vara por la Presidencia de la Junta, antes de terminar pactando lo que sea con él, acusa al PSOE “de jugar con el pan de la gente (extremeña), creando falsas ilusiones y esperanzas, en pleno año electoral, con proyectos multimillonarios que son difíciles de creer”.
Irere, Irene, ¡pero qué iconoclasta y qué mal pensada es usted, señoría! No se trata de jugar con el pan de nadie; se trata de solucionar los importantes problemas de ludopatías y otros lodazales que originan las casas de apuestas y los juegos de azar. Y contra ese problema no hay nada más eficaz que aplastar las casas con casinos.
¡Hagan juego, señorías, hagan juego!
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