OPINIÓN: Un Español en Alemania.“Perdí todo menos mi dignidad”
5 de Enero de 2020
"Todos los migrantes tienen derecho a igual protección de todos sus derechos humanos. Insto a los líderes y a las personas de todo el mundo a que den vida al Pacto Mundial, para que la migración funcione para todos”.
Soy José Mateos Mariscal, trabajador autónomo en mi país, España, perjudicado por una crisis económica. Perdí todo: mi piso, mi coche, todo menos mi dignidad. Después de dos desahucios la crisis me transportó a Alemania con mi mujer y mis dos hijos (mi chica de 12 y mi chico de 8 en aquel entonces, 2013).
Un 3 de junio decidimos embarcarnos en la aventura (tuvimos que elegir entre la aventura o perder a los chicos y la ayuda social que percibíamos). Nuestra situación era la de estar de desahucio en desahucio y los asistentes sociales estaban tras nosotros. Vivíamos la odisea de una familia en paro.
Llevo viviendo en Alemania 7 años y me gustaría decirles que no es oro todo lo que reluce: sobre todo en lo que al tema laboral se refiere, y sobre la idea que tienen algunos muy equivocados, pues no todos los alemanes van en BMW y Mercedes.
Si eres una persona con título universitario o un trabajador especializado sí se puede encontrar un buen puesto de trabajo bien remunerado. Eso sí, en la mayoría de los casos tienes que saber hablar alemán o por lo menos defenderte muy bien.
Si no eres del grupo de los trabajadores especializados no lo vas a tener nada nada fácil para encontrar un buen puesto de trabajo. Eso sí, si quieres trabajar en «algo» que te den mil ó mil y poco euros limpios al mes sin saber hablar el idioma y poder ganarte la vida honradamente, creo que no hay problema. Aquí les dicen «Produktion» o «trabajos de producción». Fábricas, trabajos monótonos…
También tengo que decir que si lo solicitas el Estado te paga un «Deutsch Intensive Kurs» o curso intensivo de alemán que dura varios meses. Yo lo estoy haciendo cada día 4 horas. Es un tostón pero se aprende mucho. Si vives aquí y no hablas el idioma te sentirás desplazado y desamparado.
El alemán es bastante difícil de aprender y lleno de trampas para que los extranjeros no podamos aprenderlo nunca bien del todo. Además, de un pueblo a otro cambia la pronunciación de algunas palabras. El único consuelo que me queda es que entre ellos mismos a veces no se entienden. En el segundo trabajo que tuve, en HAYKO (foh…aún recuerdo el olor a goma quemada…) había dos alemanes, uno del norte y otro del sur y acabaron entre ellos hablando en inglés!.
Vivir en el extranjero, no es sinónimo de riqueza, buena vida y buen trabajo... Vivir en el extranjero es más bien sinónimo de mucha lucha de trabajo, de sacrificio, soledad, nostalgia, valentía, de sobrevivencia, de ser humillado, despreciado, y en muchas ocasiones hasta abusado.
También es sinónimo de tener que renunciar a muchas cosas, y sacrificarse por otras con el fin de tener una vida mejor, que en algunos casos se logra y en otros es una constante lucha.
Esto es para todos aquellos que no han salido de su tierra, y se atreven a criticar a todos aquellos que una vez con un poco de valentia, o de miedo, de esperanza, y sobretodo con mucha fe en Dios nos atrevimos a dejar nuestra tierra por vias diferentes para buscar nuevos horizontes y un futuro mejor, pero siempre con el corazón puesto en nuestra tierra natal.
José Mateos Mariscal
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