Otros tres detenidos por explotar a trabajadores en labores agrícolas, una constante que no cesa
13 de Junio de 2020
La Guardia Civil, en su campaña de inspecciones sobre las explotaciones agrícolas, ha detenido a tres personas, dos en la localidad de Hormilleja (La Rioja) y una en la localidad de Fraga (Huesca), por delitos contra los derechos de los trabajadores.
Cada año este tipo de delitos son una constante que no cesa. Una lacra para las labores agrícolas y la defensa de los derechos de las personas con respecto a su trabajo.
CAPTACIONES MEDIANTE ENGAÑOS
Los detenidos captaban y trasladaban hasta La Rioja, mediante el engaño y abuso de situación de precariedad, a ciudadanos de diferentes nacionalidades y en riesgo de exclusión social, con el único fin de explotarlos laboralmente como temporeros en las diferentes campañas agrícolas.
Los investigadores tuvieron conocimiento de la situación de extrema precariedad que estaban pasando personas de 48 y 32 años, naturales de Brasil y Rumanía, que residían en el sótano de la vivienda de sus patronos en condiciones precarias e insalubres, sufriendo amenazas y en ocasiones agresiones físicas, agravándose su situación desde el inicio del estado de alarma al no poder trabajar ni cobrar salario alguno, teniendo que alimentarse de las sobras de comida que dejaban sus patronos, o las ayudas de vecinos y servicios sociales.
Los detenidos habían captado sus víctimas en Madrid, mediante el engaño y la falsa promesa de un trabajo digno en La Rioja, con buen salario, seguro médico, alojamiento y manutención. Una vez en La Rioja estos trabajadores sufrían descuentos desorbitados por el alojamiento y la manutención, y en ocasiones no recibían salario alguno por su trabajo.
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OPERACIÓN LUMEA
El empresario detenido tenía varias fincas arrendadas en la zona de Fraga, y contrataba personal para la recogida de fruta, aprovechándose de su situación irregular y la necesidad económica de estas personas que se habían desplazado a la localidad en busca de trabajo.
La situación de los contratados, era muy vulnerable ya que algunos de ellos incluso pernoctaban a la intemperie, y se les ofrecía dinero por trabajar en la campaña de recolección de fruta sin formalizar ningún tipo de contrato.
Llegado el momento de abonarles el salario acordado, el detenido retrasaba el pago, por lo que los empleados cansados de la situación y no pudiendo subsistir sin ningún ingreso, acababan dejando el trabajo sin llegar a cobrar y buscaban otros empleos.
El empresario aprovechaba que los propios trabajadores le informaban de que carecían de la documentación necesaria para trabajar en España, lo que hacía poco probable que denunciasen las irregularidades ante las autoridades, para no darlos de alta en la seguridad social, no formalizar ningún contrato, además de obligarles a superar la jornada laboral y no les facilitó ningún tipo de medida de protección frente al COVID-19.
Hasta el momento han sido localizadas diez víctimas de este empresario.
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