Solicitan que el silo de Mérida sea declarado monumento

En la década de los setenta era habitual ver en la calle Cabo Verde, en la capital extremeña, cómo se iban agolpando, en una cola infinita, tractores con remolques, carros tirados por mulos y camiones Pegaso o Barreiros, todos ellos colmados con su carga de cereal.  

El cortejo enfilaba, con lentitud procesional, hacia la estrecha calle de acceso al silo. Estas colas cosecheras llevaban su fruto del secano, presto a ser deglutido por un gigantesco monstruo de la ingeniería, el silo del SENPA.  

En 1941 se convocó el primer concurso de ingenieros y arquitectos de prestigio y en 1942 ya se habían diseñado algunos silos de tránsito, todos ellos de gran tamaño y capacidad. Concretamente, el de Mérida tiene una capacidad de 10.500 toneladas.  

Estos primeros silos fueron singulares, no seriados como los que se hicieron posteriormente, estando compuesto el primer lote por los silos de Alcalá de Henares, Córdoba y Mérida. Los tres se licitaron en 1944, se concluyeron en 1950 y entraron en funcionamiento el año siguiente. 

El Silo de Mérida se dotó con una compleja maquinaria y avanzados mecanismos de conexión, aunque, sin duda, el aspecto que más destacable es que cuenta con celdas ventiladas. En ellas, sin mover el cereal, puede realizarse la aireación en el caso de calentamiento del grano originado por el ataque de insectos o la excesiva humedad del mismo. En estas celdas especiales se podía lograr, mediante la inyección de aire, una disminución de la temperatura hasta parámetros normales. 

El silo emeritense pasó a formar parte del Servicio Nacional de Cereales en 1969 y, en 1971, del Servicio Nacional de Productos Agrarios (SENPA). Posteriormente, en 1983, se promulgó la Ley para la Liberalización del Comercio del Trigo, dándose por concluida la política proteccionista española y, en consecuencia, los silos dejaron de recibir trigo.  

Sin embargo, la Política Agraria Común Europea (PAC), requirió que, para la regulación de mercados, se conservasen algunos silos de referencia, y para ello el Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) mantuvo el de Mérida dentro de su red a fecha de abril de 2014. 

Por ello, FONDENEX afirma haber remitido el pasado lunes, 7 de abril, a la titular de la Consejería de Cultura “el informe que contempla la Ley 2/1999 de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura para que se inicie el expediente de la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento”.

Según aseguran desde la asociación, “la petición ha sido apoyada, tanto por los cronistas oficiales de la ciudad, como por un informe de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes”.