SOS Casco Antiguo propone soluciones al ruido en el barrio
13 de Agosto de 2017
La plataforma vecinal ‘SOS Casco Antiguo’ ha registrado en el Ayuntamiento de Badajoz un informe para la recuperación acústica del centro histórico y la conciliación de los distintos intereses confrontados, “problemática de enorme relevancia donde la ciudad se halla inmersa desde hace demasiados años”, señalan desde el colectivo.
Con este trabajo, la plataforma ciudadana trata de intermediar aportando sugerencias para la resolución de un conflicto enquistado, que llevó al Casco Antiguo de Badajoz a ser declarado Zona Saturada de Ruidos en 2010. “El problema es tal que la propia oficina del Defensor del Pueblo realizó una serie de recomendaciones al Consistorio en febrero del presente año con el fin de resolver una situación que vulnera no sólo una Directiva Comunitaria, sino la Ley del Ruido, la de Convivencia y Ocio y las propias Ordenanzas Municipales” —indican desde la plataforma—. “Es una vergüenza que como ciudad moderna, acogedora y universal que pretendemos ser, no debemos permitir”.
“Con este informe no sólo hacemos un esbozo transparente de la normativa vigente, que no deja lugar a dudas sobre cómo debe afrontarse un problema de tal magnitud, además proponemos soluciones para paliar los problemas que, creemos, hemos sabido desgranar sin dejarnos nada en el tintero; porque no lo olvidemos, el problema del ruido no es sólo cuestión de decibelios”.
Enumeran que detrás hay toda una serie de conductas molestas, ilícitas, fraudulentas e incívicas que vienen a plantear una situación insostenible para los residentes. “Por desgracia, el ruido es un problema minúsculo, un rumor lejano, cuando lo sufren otros, pero resulta atronador e insoportable cuando es uno mismo el que lo pena”.
COCTEL BOMBA
En relación a los problemas más importantes y a sus posibles soluciones, la plataforma vecinal refiere que “hay un cóctel bomba” que conforman la inobservancia de las limitaciones acústicas en numerosos locales de copas, el exceso de veladores en calles estrechas, la concentración de este tipo de locales en un reducido espacio, la normalización de las ampliaciones de horarios de cierre, el elevadísimo número de festividades del barrio, el rígido y ruidoso sistema de aseo de las calles, la despoblación, la decadencia del comercio tradicional y la falta de alternativas, pero, por encima de todas ellas, el incumplimiento sistemático de la Ley como causa principal, así como una dejadez vergonzante y descarada de las funciones y responsabilidades atribuidas al Consistorio”.
En este sentido, señalan la ausencia total de inspecciones sobre los dispositivos sonómetros y controladores de potencia de los equipos de música de los locales de hostelería que, según la Ley, deberían pasar previo a su puesta en funcionamiento, por un control técnico municipal, quedar precintados y estar capacitados para ser interpretados a distancia haciendo uso de las nuevas tecnologías. “Un inspector podría leer, desde su casa y en tiempo real, el nivel de decibelios de cualquier local” —apuntan con ironía—.
“Ante toda esta problemática, proponemos la desconcentración de este tipo de negocios mediante la negativa a permitir cambios de titularidad en las licencias y los incentivos a la instalación en zonas diferenciadas, lo que nos lleva inexorablemente a la recuperación total de un barrio que es extenso y donde pueden tener cabida todos los intereses, dentro del respeto escrupuloso de la Ley”.
EL RÍO COMO LUGAR NOCTURNO
Desde la plataforma manifiestan que conciben el río como una ‘Ciudad del Ocio’, donde bien podrían conjugarse varios ambientes a lo largo del día, como una especie de malecón que fuera lugar de paseo y juegos de día, mirador excelente para el almuerzo y la sobremesa y bulevar del ocio nocturno.
Además, apuestan por la plaza de toros como espacio multiusos, de la manera en la que Mérida, Granada o Leganés ya sacan partido a este tipo de instalaciones. Sobre los demás problemas, un simple principio de igualdad y solidaridad entre barrios debería invitar a rotar las fiestas no arraigadas en el Casco Antiguo, pudiendo beneficiarse de grandes eventos otros barrios como San Fernando, San Roque, Santa Marina o Valdepasillas por citar algunos.
En cuanto a las alternativas para suplir esta desconcentración, apuestan por un Barrio de las Artes en el entorno de San Juan y Arias Montano, que conformarían junto al Conservatorio, el Claustro de San Agustín y la Escuela de Artes y Oficios un centro hecho a la medida de los artistas. “Sería maravilloso pasear por un circuito en el que pudiéramos encontrar talleres, galerías de exposición, escuelas de enseñanza, pequeños teatros y tiendas de suvenires, libros y arte con las que bien podrían compartir espacio cualquier negocio de restauración u hostelería. No se trata de prohibir por prohibir, sino de reconvertir, conjugar, conciliar y favorecer el sagrado derecho al descanso” —señalan desde la plataforma.
“Queremos un barrio, una ciudad, más amable y humana, cosmopolita, cultural, atractiva y con alternativas, pero sobretodo una ciudad que no eche a los vecinos de su hogar”, concluyen.
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