3 Mayo 2025
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Cultura

El Templo de Diana: "¿Restauración o decorado de peli de romanos?"

Cultura

1 de Mayo de 2025

El Templo de Diana: ¿restauración o "decorado de peli de romanos"?

 

El Templo de Diana es uno de los iconos de la capital extremeña, el cual ha ido viendo cómo se realizaban excavaciones para revelar su historia y construcciones para su restauración de cara al disfrute de los visitantes. Sin embargo, las actuaciones no han gustado a todos. 

 

Se trata de un edificio religioso que, según los vestigios extraídos en las excavaciones realizadas, data del siglo I d.C. En el siglo XVI el Señor de Villamesías construyó, aprovechando los restos del edificio, una mansión conocida como 'Palacio de los Corbos' con elementos renacentistas y también de estilo mudéjar. 

 

En 1972, el Estado comenzó la expropiación de terrenos y a partir de entonces tuvieron lugar una serie de excavaciones arqueológicas que han ayudado a conocer su historia, que lo coloca, junto con el de Évora, como los dos mejores representantes de la edilicia religiosa romana de la Península Ibérica. 

 

Pero, como decimos, lo realizado en este templo romano "no ha contado con el beneplácito de todos", expresan desde el Fondo para la Defensa del Patrimonio Natural y Cultural de Extremadura (FONDENEX). "Muchos arqueólogos, historiadores, arquitectos y restauradores lo han llegado a calificar como un decorado de 'peplum', aquellas películas malas de romanos, de bajo presupuesto, cuyos decorados de cartón piedra dejaban bastante que desear". 

 

En 1986 las obras se denunciaron anta la Consejería de Cultura de la Junta, pues la intervención "iba contra él, siendo una contradicción". Poco después, en 1988, en la XI Reunión Nacional de Asociaciones y Entidades para la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico y su Entorno se rechazó de plano el proyecto. 

 

Entonces, ¿qué es lo que está pasando en el templo de Diana? Según indican desde FONDENEX, "la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, precisamente el organismo estatal que debía velar por su conservación, había iniciado unas obras denominadas de ‘restauración’, que en realidad eran de ‘distorsión’ de la arquitectura y de la historia del monumento". 

 

"El primer fallo garrafal era que los trabajos se habían iniciado sin tener realizada la excavación completa del monumento y su entorno, por lo que elementos arquitectónicos del mismo podrían yacer todavía en el subsuelo", explican. "Este desconocimiento de una parte del templo, quedó patente en detalles arquitectónicos reconstruidos, por lo que, aparte de ignorancia, los restauradores dieron muestra de una asombrosa osadía". 

 

Ahí no acaba la cosa, pues, además, se había realizado "algo totalmente escandaloso" al trasladar elementos arquitectónicos aparecidos en la fachada norte y colocados en la sur. En palabras de un destacado y reconocido arqueólogo emeritense, "no se ha tenido empacho en dislocar los elementos arquitectónicos del mismo para disponerlos donde más lucieran". 

 

Esto supone, que "además de producir un falso histórico, se disminuía o destruía cualquier posibilidad futura de investigación", afirman desde la asociación. "Inducir a error por medio de una restauración mal realizada, y en este caso lo era, resultaba inadmisible". 

 

En definitiva, desde FONDENEX señalan que "todo el 'tinglado' montado por la DGBA-MC, había sido realizado para fabricar un arco de descarga, nada relevante en este tipo de arquitectura y en un frontón que no era el suyo". Todo esto, apuntan, "de forma ilegal, pues en el templo de Diana se eliminaron partes originales y es muy dudoso, cuando no falso, que lo realizado fuera necesario para la estabilidad y mantenimiento del edificio". 

 

"El atropello fue completado con la construcción de una plaza antiestética y poco respetuosa con el monumento, con materiales que mantienen y potencian la suciedad, que incumple también lo legislado, por alterar el entorno inmediato del templo", sentencian los conservacionistas. "Para solucionar la visión de las medianeras, había, sin duda, más de una solución, más respetuosas y económicas, que el bodrio construido. Y aunque se ignore por muchas personas, la DGBA-MC no dudó en destruir la ermita de Santa Catalina, junto al templo, que fue anteriormente sinagoga. Otra ilegalidad más". 

 

 A modo de conclusión, FONDENEX plantea si "era la solución intermedia tomada la más adecuada. Es decir, restos romanos coexistiendo con algunos testigos del siglo XVI, ¿o hubiera sido mejor dejar el palacio como estaba en los grabados de Laborde?". Así, recuerdan su propia propuesta: "dejar el templo de Mérida como el de Évora (por supuesto, conservando los restos del siglo XVI mediante traslado incluso en la misma plaza)". Sin embargo, recriminan, "se optó por un decorado de película de romanos. Lo peor es que cada vez más turistas se dan cuenta". 

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