Vara se lanza a por el voto obrero teniendo a la región con 114.000 parados
25 de Febrero de 2019
Prosigue una campaña electoral -que ya comenzó hace semanas- cuando faltan justo tres meses para el 26 de mayo, y el PSOE, en su intento de mantener alcaldías y la Junta, ha sido de los primeros en ponerse en marcha sabedores de que no hay tiempo que perder.
Su secretario General, Fernández Vara, ya recorre pueblo a pueblo la vasta geografía extremeña en busca del voto que le permita continuar al frente del Gobierno de Extremadura cuatro años más. Lo hace, además, sin ningún tipo de complejo.
Y digo, sin complejo, porque hay que armarse de mucho valor para visitar los pueblos extremeños, los mismos donde 50 años después vuelve a producirse un gran éxodo rural por la falta de oportunidades.
Esos pueblos que con sus sonrojantes tasas de paro llevan a que Extremadura sea la región con más desempleo de España. De hecho, algunos de ellos ya han iniciado su proceso de desaparición, sobre todo en la olvidada provincia cacereña.
Y me pregunto ¿Con qué discurso visita el presidente y candidato a la reelección los pueblos de su comunidad, cuando somos una de las regiones con más paro de Europa? ¿Hasta qué punto será creíble?
Resulta paradójico pedir el voto rural y obrero a quienes no han ofrecido un futuro o siquiera un presente, pero ese es el arte de la política y su oratoria, convencer con los argumentos y astucias necesarios independientemente del trabajo realizado.
Pero lo datos son demoledores y resulta difícil maquillarlos. Con una tasa del 23% de paro, Extremadura se ha convertido durante esta legislatura en la reina del paro en España, algo que no sucedía desde hace muchos años.
Esto lleva a la provincia de Badajoz a situarse a las puertas de ser el territorio con más desempleo de España (24’1%) tan solo superada por la provincia de Cádiz, históricamente la que peor dato de empleo ofrece.
Durante este último mandato de Vara, Extremadura, lejos de converger, se ha alejado aún más de España. La práctica totalidad de regiones han salido de la crisis como un cohete, excepto la nuestra, ofreciendo unos datos macroeconómicos paupérrimos.
En relación con lo anterior, el pasado mes de noviembre conocíamos que Extremadura ya es la sexta región europea con la tasa de personas en riesgo de pobreza más alta (44’3%). Puesto al que nunca antes nos habíamos ni acercado y que dice mucho de la gestión realizada.
El horizonte se presenta negro y lleno de nubarrones para la región: ¿Cómo frenará el imparable proceso de envejecimiento de la población extremeña? ¿Qué medidas frente al éxodo juvenil? ¿Qué tipo de empleos ofrecer, los de Elisyum City?
Da la sensación de que Vara no tiene un proyecto para la región, no tiene ni idea de cómo sacarla de un presente que estrangula y donde precisamente nos han metido sus políticas o la falta de ellas, y parece que tampoco hay mucha voluntad por hacer de esta tierra un lugar mejor, próspero, repleto de oportunidades con una inquietud empresarial que genere empleo para poder converger con el resto de España; y dejar de ser una región mantenida con salarios precarios donde la máxima aspiración sea encontrar un empleo de lo público o cobrar un subsidio.
Sea como fuere, el peso del mundo rural extremeño posiblemente decidirá el resultado final, decantará la balanza y su voto será sabio y justo. Cada uno sabrá la Extremadura que quiere.
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