COAG indica que apicultores, cerealistas y viticultores son los grandes perdedores en 2023
1 de Enero de 2024
Finalizado el año COAG Coordinadora Agraria de Extremadura ha hecho un balance de este periodo para los agricultores y ganaderos extremeños, “que se han visto inmersos en una tormenta perfecta de vicisitudes que han provocado una grave crisis en el sector, obligando a muchos profesionales a endeudarse hasta el límite de sus posibilidades, en algunos casos, y hasta el abandono de la actividad en otros”.
Desde COAG indican que la sequía ha supuesto “una autentica ruina para los productores de secano y para los ganaderos que se han quedado sin pasto para la alimentación del ganado. En el cereal de secano la cosecha fue catastrófica, además se unen los precios de un 24% más bajos”.
Siguiendo el balance en cuanto a los viticultores, desde COAG indican que la de este año ha sido “la peor cosecha de los últimos 30 años con bajadas de precios en las uvas y el vino más acusado en las variedades tintas que en las blancas”. En apicultura resaltan “la bajada de producción como consecuencia de la sequía, a la que se une una parálisis de las ventas de miel en los últimos dos años”. Añadiendo que la industria y las grandes superficies optan “por la miel importada de terceros países que no reúne la misma calidad que la miel extremeña”.
En cuanto a los cultivos de regadío expresan que “se consiguió un año casi normal a pesar de la baja dotación de agua existente. En cuanto a la ganadería también fue un año problemático en todos los sectores, también propiciado por la sequía y con la puntilla del conflicto bélico en Ucrania, los costes de producción se han mantenido disparados este año después de que en 2022 se alcanzara un récord de incremento en los costes sin precedentes en los últimos 50 años, una subida que no se han visto reflejadas en los precios en origen, percibidos por los agricultores y ganaderos; por lo que la balanza de la cadena alimentaria continua desequilibrada”.
Con respecto a la nueva PAC dicen que, “no es justa ni social, y acelera el proceso de desaparición de las pequeñas y medianas explotaciones”.
Así las cosas, y en relación a este modelo social y profesional de agricultura, mayoritario en Extremadura, el portavoz de COAG Coordinadora Agraria de Extremadura, afirma que “se encuentra gravemente amenazado por la irrupción de grandes capitales y fondos de inversión que imponen un modelo ‘uberizado’ de agricultura, que forma parte de largas cadenas de comercio global, que acaparan nuestros recursos naturales y no revierten el territorio.
Por ello, el responsable de COAG reclama una defensa más firme de la agricultura social y profesional, ya que “está en peligro la vida de nuestros pueblos, la seguridad y la soberanía alimentaria”.
“Es necesario -añade- reforzar el modelo social y profesional de agricultura, proteger a las personas que mantienen las explotaciones más vulnerables, imprescindibles para garantizar nuestra alimentación y soberanía alimentaria en un contexto de crisis climática y energética”.
Deseos y retos para el nuevo año
Para el nuevo año, COAG Coordinadora Agraria de Extremadura espera y desea que “se consigan unos precios justos y unas rentas dignas para los hombres y mujeres del campo, que motiven el tan necesario relevo generacional, así como que se aplique en toda su dimensión la ley de la cadena, denunciando su incumplimiento, extendiéndola a todas las producciones, haciendo valer que los precios cubran los costes de producción”.
“Y para ello es imprescindible que los costes de producción, las inversiones necesarias para combatir el cambio climático (tecnología para optimizar recursos hídricos, mitigar los golpes de calor y material vegetal que permita afrontar cambios bruscos de temperatura y la falta de agua), así como la rentabilidad para el productor, estén incluidas en el precio en origen”expresan desde COAG.
“En relación a las importaciones -dice el responsable de COAG- tenemos que exigir que todos los productos que entren de terceros países se equiparen a los estándares de producción de la UE, tanto a normativas de bienestar animal, regulaciones de fitosanitarios, normativas medioambientales (nitrógenos ganadería) obligaciones laborales, etc. Es decir, si utilizan sistemas de producción prohibidos en la UE, rechazar la entrada y puesta a disposición de los consumidores dentro de la UE; si lo que incumplen son normativas laborales, fiscales, etc. con respecto a nuestras regulaciones (no las de sus países de origen), hay que hacerles pagar tasas arancelarias cuyos importes se destinarían a un fondo anti-crisis de gestión estatal para cada sector afectado”.
En definitiva, “termina el 2023 con este triste escenario: crisis en el sector agrario por la sequía, bajos precios en origen, y una nueva política agraria que sólo ha traído más perjuicios por el exceso de burocracia y pérdidas económicas para los agricultores y ganaderos extremeños” indican desde la organización.
“Esperemos que 2024 traiga mejores noticias para las mujeres y los hombres del campo, toda el agua que tanta falta hace y precios justos, coherencia y honradez para quienes definen las normas y deben controlar que se cumplan, e ilusión y motivación para que los jóvenes tomen el relevo en el sector agrario, para que sigan dando vida a nuestros pueblos extremeños”, concluye Juan Moreno.
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