Ecologistas en contra de un parque eólico extremeño por ser “un atentado contra la biodiversidad”
22 de Noviembre de 2024
En las consideraciones Ecologistas en Acción ha utilizado datos de dos herramientas de sensibilidad ecológica a los parques eólicos, una de la asociación SEO Birdlife y otra que aporta la empresa promotora del parque Eólico, elaborada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITERD), con estos instrumentos que georreferencian los hábitats de las aves en peligro de extinción se ha podido comprobar que la ubicación de las 39 turbinas supone un importante riesgo: 17 aerogeneradores situados en zona de riesgo muy alto, 19 en riesgo alto y 3 en riesgo moderado con la herramienta del MITERD. El instrumento diseñado por SEO Birdlife, ofrece resultados muy parecidos.
SEO ha incluido en su herramienta aquellas especies que, por sus hábitos, son más susceptibles de colisionar con las palas de los aerogeneradores, tratándose en su mayoría de grandes planeadoras, o especialmente sensibles a la alteración del hábitat y otras molestias que pueden ocasionar el conjunto de turbinas, considerando su zona de influencia, así las grandes necrófagas se mueven diariamente hasta 25 kilómetros de sus nidos, la cigüeña negra 14, el alimoche común 10, las águilas, el milano real y los aguilucho y la grulla común entre 4 y 5 kilómetros.
En las consideraciones se aportan datos de revisiones de estudios académicos sobre la capacidad de aprendizaje de evitación de la avifauna o del funcionamiento de las tecnologías de prevención basadas en la detección de aves y en las contramedidas de disuasión visuales, o acústicas. Respecto de la capacidad de aprendizaje de evitación las estadísticas señalan importantes pérdidas y en algunos casos se trata de aves en peligro de extinción. Es evidente que familiarizarse con los macro aerogeneradores Nordex 175, con un rotor a 175 metros y palas de 85,7 metros alcanzando alturas de 260,7, con una circulo de actividad de 23.073 metros cuadrados de superficie y no morir en el intento es algo milagroso. Por ello sería más fácil que el aprendizaje de evitación fuera responsabilidad del ser humano.
Desgraciadamente no son buenos los datos de la eficacia de las tecnologías de detección de aves y de las contramedidas de prevención: apagado de turbina, disuasores acústicos o luminosos. Las revisiones de estudios académicos contradicen el tecno optimismo y señalan la necesidad de mejorar este tipo de instrumentos para reducir los riesgos de daño a la avifauna.
Entre las limitaciones de estos modelos están la dificultad de configurar modelos que se adapten a los comportamientos complejos de las aves. Los algoritmos consumen aún bastante tiempo de reacción y retrasa la puesta en marcha de las medidas de disuasión o parada. Es necesario profundizar en soluciones diversas y de su puesta en marcha en lugares donde hay especies protegidas para reducir la influencia invasiva de los parques eólicos que suponen una importante afección en el hábitat de las aves. Se necesitan más trabajos y tiempo de investigación y mucha más colaboración en el sector.
Estudios recientes del CSIC y la Estación Biológica de Doñana han estimado que la tasa de detectabilidad de muertes de murciélagos en parques eólicos es apenas de un 19%, lo que supone que en España estarían muriendo cada año entre 2 y 4 millones de aves y murciélagos tras golpearse con las aspas de los aerogeneradores.
También hay estudios de afección a los insectos, como el realizado en Alemania que estima que en cada turbina mueren unos 40 millones de insectos cada año. A los expertos les preocupan especialmente los polinizadores. Los entomólogos señalan que las montañas son hábitats importantes, pues allí acuden sobre todo mariposas, escarabajos y libélulas durante la temporada de apareamiento.
Ecologistas en Acción de Extremadura cree que las consideraciones aportadas, que muestran que el parque eólico se sitúa en un lugar de especial vulnerabilidad para la avifauna protegida, y que los estudios científicos señalan que las turbinas matan gran cantidad de quirópteros e insectos que tienen importantes funciones en los ecosistemas de la zona, junto con lo poco evolucionadas que están aún las herramientas de detección y disuasión de la fauna voladora, deberían ser razones suficientes para que la empresa renuncie a poner en marcha este proyecto.
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