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Cultura

Eduardo Naranjo muestra su agradecimiento a Monesterio

Cultura

14 de Septiembre de 2018

Eduardo Naranjo muestra su agradecimiento a Monesterio

El arquitecto Miguel Ángel Naranjo, hijo del pintor Eduardo Naranjo, ha sabido crear un ambiente ‘Naranjo’ al diseñar la plaza que Monesterio (Badajoz) ha dedicado al ilustre pintor.

Así lo ha afirmado el genial artista extremeño al dar las gracias por el hecho de que su localidad natal le dedique una plaza. Y no una plaza cualquiera, rotulada con su nombre, sino un espacio urbano especial al que ni siquiera hay que llamar ‘Naranjo’ para saber que es un homenaje al gran artista.

La plaza, situada en la confluencia de las calles Cervantes, Libertad, para mayor honra del artista, y Bóvedo, nombre del que en Monesterio no han sabido explicar a 7Días su significado, salvo que proviene de un paraje conocido como El Bóvedo, así que no tendrá que ver con el monólogo de Gila sobre las gafas americanas y el ‘ojo bóvedo’, ha sido realizada mediante una novedosa técnica de transferencia de imágenes y grabado.

En la nueva plaza Eduardo Naranjo se muestran varios paneles en los que se representan dos cuadros muy significativos del autor, ‘Los Emigrados’, con clara referencia a Monesterio, y ‘La Separación de las Aguas’, que evoca la casa familiar del pintor.

Eduardo Naranjo nació en una casa situada en una calle que parte las aguas, pues desde su punto más elevado, a la altura de esa casa, una parte del agua va a la cuenca del Guadiana y otra a la del Guadalquivir. Aún más, los tejados de la vivienda de los padres de Eduardo Naranjo también parten las aguas, y una parte de sus tejas vierten hacia el Guadalquivir mientras que otra parte lo hace hacia el Guadiana.

Junto a la reproducción de los mencionados dos cuadros de Eduardo Naranjo hay otra del rostro del artista y una inscripción del propio autor. En este espacio urbano se han dispuestos, además, jardines verticales, iluminados, que crean un ambiente de sombras y luces que se fusionan con el sonido de, una vez más, dos caídas de agua.

Durante el acto inaugural, el pintor monesteriense agradeció al Consistorio de su pueblo y a sus habitantes la distinción que se le hace. “El dicho de que nadie es profeta en su tierra, lejos está en mi caso”, resaltó el homenajeado. Eduardo Naranjo mencionó que gracias a una beca otorgada por el Ayuntamiento de Monesterio, en un pleno del año 1958 y, además, con el apoyo de Eduardo Acosta, pudo continuar sus estudios artísticos en la capital hispalense.

En su discurso, Naranjo resaltó que los aspectos que más le habían emocionado eran el interés y la iniciativa del Ayuntamiento y del alcalde, además, de que el arquitecto, su hijo Miguel Ángel, ha sabido recrear el ambiente ‘Naranjo’.

A la inauguración asistieron la consejera de Cultura e Igualdad, Leire Iglesias Santiago; el alcalde y diputado provincial, Antonio Garrote Ledesma; el diputado de Desarrollo Local de la Diputación Provincial de Badajoz, José Ángel Benítez Nogales; y el escritor, crítico y secretario de la Real Academia Extremeña de las Artes y las Letras, Manuel Pecellín Lancharro, entre otros representantes de la sociedad regional, así como familiares y amistades del pintor extremeño contemporáneo seguramente más universal y un gran número de vecinos de la localidad. El acto estuvo amenizado por el trío de cuerda ‘Alla Corda’.

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