La España rural, la gran olvidada por los coches eléctricos. Extremadura es una excepción

La apuesta por los vehículos eléctricos en España todavía esta lejos de ser lo idílico. Hay en comunidades como Galicia, Cantabria, La Rioja o Navarra en las que todavía no hay conectores para recargar los vehículos eléctricos de alta potencia.

A esas comunidades se le suman provincias como las de Castellón, Guadalajara, Guipúzcoa, Huesca, Jaén, Palencia, Segovia, Soria y Teruel. En total, un 28% de la superficie de España no cuenta con un punto de carga público de alta potencia.

Además, siete de cada 10 puntos de recarga se encuentra en entornos urbanos, fuera de las zonas rurales o de las carreteras nacionales. De esta manera la España interior y rural está penalizada en términos de electromovilidad.

Este no es el caso de Extremadura, y concretamente de la provincia de Badajoz donde la Diputación ha promovido la creación de un total de 32 electrolineras.

También la Diputación de Cáceres ha promovido la construcción de puntos de recarga para vehículos eléctricos. Concretamente son 44, en distintos puntos de la provincia.

Un estudio presentado por el Observatorio de Sostenibilidad muestra la desigualdad antes descrita. Tan solo un 36% de los puntos de carga están situados en territorio rural o carreteras nacionales y únicamente el 2% cuentan con una potencia igual o superior a 150 kW.