17 Noviembre 2024
2 . 054 . 114 lectores

Política

OPINIÓN: Los votos robados

Política

13 de Febrero de 2019

OPINIÓN: Los votos robados

Desgraciadamente, la democracia teórica, no garantiza la honradez de las personas que la usan. La lucha por el poder hace de la democracia un patio de juego, algunas veces, fraudulento. La atracción del poder seduce a los jugadores de tal forma que, por el poder, se saltan las reglas de juego o las usan a su favor de forma fraudulenta. Como dice el refrán ‘el que hace la ley hace la trampa’.

Consideramos que el voto es el valor más sagrado en democracia. El voto es, o debe ser, para el partido o persona que quiere el votante y nadie honradamente puede cambiar el destinatario, como dicen los cazadores “que cada cual cuelgue lo que mate”. Pero el cambio de destino del voto existe, esto ocurre con el voto regionalista y de otras minorías. Los votos emitidos no siempre van al que quiere el votante, sino que los que tienen el poder lo arreglan de tal forma, incluso con cobertura legal, que puede atribuirse al partido más contrario del que desea el votante.

Para que un partido consiga representación en la Asamblea debe obtener el 5% de los votos válidos emitidos en una circunscripción. Si una candidatura tiene el 4’99% de los votos no obtendría representación, y esos votos son distribuidos entre partidos a los que no han votado esas minorías. Esos votos van a candidaturas que no eligieron los votantes.

Consideramos que esto es un fraude electoral y que esas barreras impuestas por las mayorías son un fraude, aunque los partidos mayoritarios hayan conseguido desviar el destino de los votos a quien no le corresponden. Reclamamos, especialmente, a los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, que eliminen las barreras electorales impuestas según sus intereses y de forma contraria a la igualdad entre todos los candidatos.

El voto emitido es un voto sagrado y no se puede cambiar la intención del votante por arreglos de leyes o reglamentos que no hacen más que confirmar aquello de la ley y la trampa.

Una democracia real debe empezar por no poner obstáculos al votante para beneficiar a las mayorías que pretenden manejar la Asamblea sin la incomodidad de tener que atender las exigencias de los que no tienen compromisos contrarios a los del pueblo que les elige.

No queremos que nadie nos gobierne con votos robados.

POR: Pedro Cañada (Extremadura Unida).

Aviso: Los comentarios ofensivos o que no se ajusten al contenido de la información podrán ser eliminados.

Comenta esta noticia