Tentudía y el misterio tras su nombre
7 de Diciembre de 2019
La comarca de Tentudía no obtuvo su nombre por casualidad. La pequeña porción de la que hablamos, ubicada en el monte del mismo nombre y situado en el punto más alto de la provincia de Badajoz, alberga entre sus letras un gran misterio.
Se remonta a principios del siglo XIII. Durante una batalla contra los árabes, el capitán Pelay Pérez Correa, maestre de la Orden de Santiago, al ver que llegaba la noche y no obtenía la victoria imploró a la Virgen.
¡Santa María, detén tu día!
Cuenta la leyenda que en ese instante el sol se detuvo en el horizonte permitiendo a las tropas cristianas alzarse sobre sus enemigos. Por ello, el maestre mandó edificar un templo para Santa María de ‘Tentudía’.
Fue a principios del siglo XVI, cuando el Eremitorio de Santa María de Tudía fue declarado Monasterio por el Papa León X, lo que supuso la adjudicación de grandes privilegios y el monasterio fue adquiriendo más importancia.
La Orden encargó en 1518 un retablo al prestigioso maestro azulejero Niculoso Pisano, de origen italiano pero afincado en Sevilla. En el retablo se puede apreciar una placa con la Vicaría de Tudía. Asimismo, en el interior destaca el claustro de estilo mudéjar, datado a principios del siglo XVI.
El claustro da acceso a la iglesia del Monasterio y a diversas dependencias. El centro del patio alberga un aljibe.
Ahora son muchos los lugareños y turistas que visitan esta misteriosa edificación cuya leyenda marcó un antes y después en esta zona de la baja Extremadura.
Y es que, Tentudía, no es solo una comarca de largas llanuras, grandes vistas, cultura, gastronomía y patrimonio arquitectónico,... también alberga un misterio escondido tras su nombre.
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