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Un cura extremeño condenado por abusar sexualmente de dos menores

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11 de Abril de 2019

Un cura extremeño condenado por abusar sexualmente de dos menores

El ya expárroco de Mengabril, una localidad situada en la provincia de Badajoz, ha sido condenado por el Tribunal Supremo a 17 años y 7 meses por abusar sexualmente de dos chicos de 12 y 13 años. Además, el Supremo ha ratificado la condena a 4 años de prisión a los padres de uno de los menores porque eran conocedores de los abusos que sufría su hijo y los consintieron.

El cura, que responde al nombre de José Donoso Fernández, ha sido condenado por dos delitos de abuso sexual con prevalimiento, es decir, utilizar una situación de superioridad moral.

Los padres de uno de los menores, ambos de nacionalidad rumana, han sido condenados a cuatro años de prisión, privándoles de la patria potestad por un delito de abuso sexual cometido por omisión.

Ante este último caso, el tribunal subraya la "inacción de quienes estaban obligados a actuar en defensa de un bien jurídico tan relevante como la libertad e indemnidad sexuales de un menor de edad y, con ellas, de su libre formación como persona". Si hubiesen actuado, habrían evitado los abusos, así lo entiende el Supremo.

De acuerdo con el relato del suceso probado por la Audiencia de Badajoz, en 2013, el párroco alojó en la casa parroquial a la pareja y poco después también a sus hijos menores de edad, entre los que se encontraba uno de los afectados.

El joven ayudaba como monaguillo al cura. En este ámbito, el acusado, "guiado por un ánimo libidinoso”, mantuvo relaciones sexuales con el menor, que entonces tenía 12 años. De hecho, el párroco llegó a pasar la noche y dormir con el joven en la misma cama, ubicada en una habitación de la casa parroquial de Mengabril.

El Supremo sentencia que los padres eran "enteramente conocedores y consentidores" de tales hechos.

En el caso de la otra víctima, se le había diagnosticado de un trastorno de aprendizaje y un trastorno por déficit de atención, el acusado, utilizando su situación de superioridad moral que ostentaba sobre él, "lo llevó a uno de los dormitorios de la casa parroquial de Mengabril, se acostó en una cama con él y le pidió que le realizara una felación, cosa que el menor hizo".

Además de la condena, el acusado está obligado a indemnizar a los dos afectados.

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