7Días recibe el testimonio de una víctima de robo con violencia en Badajoz

Eran las 18:30 de la tarde de un 5 de noviembre cuando Ángeles, como todos los días le puso la correa a su perro para pasear durante una hora por la urbanización Guadiana, disfrutando de la brisa próxima al río y de los abundantes jardines que aquel espacio le ofrece.

Pasaba la calle Castillo Puebla de Alcocer de Badajoz cuando se sintió acorralada. Cuatro jóvenes rondaban la zona, dos de ellos agachados y otros dos de pie, parecía que le estaban esperando. En ese momento Ángeles sintió que la inseguridad le atenazaba, su intuición le decía que algo no iba bien, fue entonces cuando sintió que le abordaban por la espalda, se dio contra la pared frenando un golpe que podría haber sido mucho peor, y le robaron el bolso con todas sus pertenencias.

No sabía que hacer, estaba aturdida, abrumada y sin teléfono móvil. Fue entonces cuando apareció él, un hombre que en aquel momento se encontraba en el interior de su vehículo. Se acercó corriendo a su lado y la tranquilizó, “todo va a ir bien”, le dijo. Inmediatamente llamó a la Policía, le relató lo sucedido y se quedó con Ángeles hasta que estuviera segura.

Al poco tiempo las luces y sirenas de tres vehículos de la Policía Nacional aparecieron, pasó todo muy deprisa. Los agentes comenzaron la persecución de los cuatro jóvenes que habían asaltado con violencia a la vecina de Badajoz, y pese a que los muchachos habían ‘atrochado’ por los descampados los agentes supieron como actuar y los detuvieron de forma inmediata.

Ahí podría haber finalizado su labor como agentes de la autoridad que son, pero no lo hicieron, la Policía no se quedaría tranquila si no comprobaban que Ángeles estuviera bien.

Se ofrecieron a acompañarla al Hospital Universitario de Badajoz para que le vieran el hombro que, debido al golpe, se había lesionado. Ángeles declinó la oferta amablemente, su hija le acompañaba, no tenían de que preocuparse.

No obstante, los Policías acudieron al centro hospitalario para volver a visitarla y comprobar por ellos mismos que estaba bien. Le preguntaron varias veces y posteriormente, custodiaron a ella y a su hija hasta la Comisaría para interponer la denuncia. Todo acababa aquí, los agentes habían recuperado todos y cada uno de sus enseres, habían detenido a los cuatro jóvenes menores de edad y se habían preocupado por ella.

Así que Ángeles se dispuso a volver a su domicilio, aún con esa sensación de inseguridad, miedo y terror por la experiencia que acababa de vivir, fue entonces cuando pensó en la Policía Nacional, en su gran actuación y pese a la situación que había vivido, volvió a Comisaría para felicitar a esos profesionales por su gran labor.