¿Cómo funciona la Ley D'Hondt y por qué un voto no vale lo mismo en todas las provincias?
20 de Julio de 2023
Leones, Congreso de los Diputados / Selbymay
Desde la aprobación de la Constitución Española de 1978 se fueron articulando las bases de las elecciones democráticas. Aunque no sería hasta 1985 cuando entraría en vigor la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, también conocida como LOREG que fue modificada en 2011.
Las Cortes Generales se componen de dos Cámaras: la Cámara Baja (Congreso) y la Cámara Alta (Senado). Por su parte, el Congreso de los Diputados se compone de 350 diputados y el Senado de 266 senadores. Ambas cámaras ejercen el poder legislativo de la Nación.
En el Congreso se representan las 52 circunscripciones, que en este caso son las provincias. Exceptuando Ceuta y Melilla, que disponen cada una de un solo diputado. El resto de provincias tienen asignados como mínimo dos diputados, y los demás escaños se reparten en función del número de electores.
Los miembros del Congreso de los Diputados se eligen mediante representación proporcional con listas cerradas en cada circunscripción electoral provincial en función al sistema D’Hondt.
¿QUÉ ES EL SISTEMA D’HONDT?
Siempre se ha dicho que el voto de todas las personas vale lo mismo, pero no es real ya que todo depende de las circunscripciones. Este hecho se traduce en que el número de escaños depende de otros factores, entre ellos de la diferencia de población.
La ley D’Hondt se corresponde con un sistema de cáculo proporcional que fue creado a finales del siglo XIX por el belga Víctor D’Hondt, de ahí su denominación.
Este sistema, que también se utiliza en otros países como Chile, Colombia, Suiza o Polonia, excluye las candidaturas que no superen la barrera electoral del 3%.
¿QUÉ ES LA BARRERA ELECTORAL?
La barrera electoral se corresponde con el mínimo de votos que una candidatura debe conseguir para lograr representación en las Cortes. Con lo cual, a pesar de que los partidos se presenten en todas las circunscripciones, son conscientes de que no van a lograr representación en todas ellas a menos que el voto se concentre. De modo que, los grandes partidos, como PSOE o PP, consiguen representación en todas las provincias, pero no es ese el caso de SUMAR o VOX, quiénes tienen más complicado alcanzar su implantación en todos los territorios.
CONCENTRACIÓN DEL VOTO DE LOS PARTIDOS NACIONALISTAS
Los partidos nacionalistas, por su parte, como EH Bildu, PNV, ERC o similares, en cambio, al concentrar la mayoría de sus votos en regiones como el País Vasco y Cataluña, y por ende en sus correspondientes provincias, consiguen en muchos casos invisibilizar la fuerza del bipartidismo. Esto provoca que tengan una parte importante de la representación en el Parlamento, y con ello, puedan tomar partido en las decisiones más importantes que se toman y que afectan a todo el país.
Hace unas semanas, desde 7Días explicábamos la razón por la que Badajoz perdía un escaño, y también por qué algunos territorios estaban más sobrerrepresentados que otros.
La ley D’Hondt permite, en este caso hacer un reparto proporcional de los escaños y favorecer la estabilidad política en el Parlamento, aunque previamente la Constitución marca que ningún territorio puede quedarse sin representación. Así, de los 350 diputados del Congreso, 102 escaños quedan repartidos al fijarse el número mínimo de dos diputados por provincia, a excepción de Ceuta y Melilla que contarán con uno.
No obstante, los partidos mayoritarios son beneficiados por esta ley, motivo por el cuál nunca hayan decidido modificarla. Este sistema mayoritario, como decimos, lo que hace es favorecer la “no fragmentación del parlamento”, con el propósito de favorecer la gobernabilidad y evitar una repetición constante de elecciones.
¿EN QUÉ PROVINCIAS ES MÁS DIFÍCIL CONVERTIR VOTOS EN ESCAÑOS?
En las dos grandes circunscripciones de Madrid y Barcelona es dónde podemos visualizar este ejemplo. Al contar con un nivel de población tan alto en relación al resto de provincias, estas dos cuentan con una representación “representativa” pero que no se traslada del todo a su nivel poblacional. En Madrid, por ejemplo, en las elecciones generales de 2019 para alcanzar un escaño se precisaron 97.066 votos, mientras que en la provincia de Badajoz cada escaño “costó” 62.824 votos. Esto quiere decir que en Madrid se necesitaron más de 32.000 votos más que en Badajoz para conseguir un escaño. En la primera, se repartieron 37 escaños, frente a los 6 de la provincia pacense.
¿CÓMO SE REALIZA EL REPARTO DE ESCAÑOS ENTRE PARTIDOS?
Si volvemos a tomar como ejemplo la circunscripción de Badajoz, dónde se reparten 6 escaños, el procedimiento es el siguiente: se contabilizan los votos de todos los partidos, y cada cómputo de ellos se divide entre 1, 2, 3, 4, 5 y 6.
De modo qué, si se han presentado 4 partidos (A, B, C y D), con los siguientes votos respectivamente: 140.000, 90.000, 60.000 y 30.000 votos. Así pues, siguiendo la regla mencionada anteriormente el partido D no lograría la representación en la Cámara Baja, y los partidos conseguirían A, B y C sí la alcanzarían. El partido A con 140.000 votos tendría 3 escaños, frente a los 2 que obtendría el partido B y el escaño en solitario que conseguiría el partido C.
Cuando existe mucha polarización suele suceder que los partidos que están más a la izquierda y más a la derecha logran entrar en los Parlamentos si el voto se concentra, como sucede con los partidos nacionalistas. En cambio, en los tiempos menos convulsos, los partidos mayoritarios abarcan la mayoría de los votos, generándose una mayor cabida para el bipartidismo.
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