Cuestionan la procedencia romana del Acueducto de Los Milagros
12 de Noviembre de 2019
Hasta ahora el Acueducto de los Milagros había sido presentado como un monumento romano y puede que lo sea, sin embargo, tras unas recientes pruebas de termoluminiscencia la Universidad Autónoma de Madrid retrasa la construcción de este acueducto a la Edad Media.
No es el único análisis que pone en duda que esta edificación monumental haya sido levantada por los romanos para surtir de agua a Augusta Emérita. También lo hacen desde Alemania.
Los análisis que la Universidad Autónoma de Madrid han realizado este año se suman a otros que se llevaron a cabo en 2011 en Alemania y que arrojaron la fecha de construcción en torno al año 560, ya en plena época visigoda.
Según estos resultados, tal y como recoge El País, la edificación tendría su origen en “una de las frecuentes guerras civiles visigodas”. Isaac Moreno Gallo, ingeniero técnico de Obras Públicas, geógrafo e historiador, lo explica así: “El rey Agila se refugió en Mérida en torno al 555 y se enfrentó al rebelde Atanagildo. Pero Agila fue derrotado porque las tropas bizantinas del emperador Justiniano [que ocuparon durante casi un siglo una franja costera que va de Valencia a Cádiz] apoyaron a su enemigo. No sería raro, por tanto, que arquitectos bizantinos hubiesen intervenido en Mérida, tras la victoria de Atanagildo, para levantar el acueducto con su tecnología”.
El ingeniero de Caminos Manuel Durán Fuentes, exprofesor de Historia de la Ingeniería Civil de la Escuela de Ingenieros de Caminos de A Coruña, cree que la arquería de Mérida presenta fábricas de época tardía (a partir del siglo IV) por algunos detalles constructivos. Y lo explica: “Por ejemplo, el empleo de ripiado [pequeñas piedras entre los sillares para nivelar el acueducto] se corresponde más a épocas tardoantiguas y altomedievales que a romanas. La presencia, además, de hiladas de piedra alternadas con otras de ladrillo tampoco es del siglo I, como dice la tradición, sino más allá del III, por lo menos”.
Moreno Gallo señala que este tipo de errores en la datación de las obras de ingeniería romana es “muy frecuente en España”. “Todo lo antiguo, de piedra y sin documentación, pasa a ser sistemáticamente romano. Y esto, lógicamente, no es así, aunque lo sostenga la más firme tradición”, señala.
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