Pincharon el teléfono de Eugenio y sospechó, pero fue esencial para encontrar a Manuela
14 de Mayo de 2024
La UCO ha señalado que Eugenio facilitó una dirección de correo electrónico y una clave errónea de sus e-mails. Sin que el acusado se percatase, en una fase más avanzada, con las investigaciones judicializadas, en septiembre de 2019 se solicitó la autorización judicial de diferentes medidas de investigación.
Se solicita entonces la intervención y escuchas de sus comunicaciones, la instalación de balizas en sus coches, así como la instalación de microfonía en los vehículos que él tenía acceso. Por las intervenciones telefónicas, se percataron que tenía acceso a la mensajería de WhatsApp y acceso a correo. Descubrieron que junto con otros autores robaba ganado, materiales de construcción y en la autovía. Según la UCO mantenía una actitud de sospecha, afirmando: “Sé que me están escuchando”.
“Fruto de la cooperación policial con los investigadores del puesto de Monesterio tenían indicios de su responsabilidad en esos robos. Fue entonces cuando se solicitó de la autoridad judicial para poder proceder al análisis del contenido del terminal telefónico de Eugenio”, señala el agente.
LLAMADA CON SU MADRE
En agosto de 2020, el equipo de investigación ya tenía madurada la idea de que el acusado podía haber tenido algún tipo de responsabilidad en la desaparición de Manuela.
Inspección técnico ocular en el domicilio de Manuela Chavero
La hermana de Manuela autorizó esta inspección, algo de lo que se hicieron eco también los medios de comunicación. Coincidió que, en esos momentos, el acusado estaba en el interior de su domicilio, a tan solo 100 metros, en torno a las 12:00 horas de la mañana. Fue entonces cuando recibe una llamada de su propia madre, y hablan sobre esta investigación. Él no dio mucha importancia a la acción de los agentes y que el hecho no tenía ninguna trascendencia.
La madre del acusado fue quien le trasladó la posibilidad de que los restos de Manuela pudieran estar enterrados en alguna finca de Monesterio. Las respuestas del acusado iban enfocadas a restar importancia a este hecho dando a entender que sería necesario corroborar quién había cometido ese hecho. “Hijo si hubieras sido tú no habrías sido tan tonto de guardarlos en tu propia finca”. Eugenio balbuceaba, haciendo mella en la conducta del acusado.
Llamada a un bufete de abogados en Sevilla
El acusado se puso en contacto con un bufete de abogados penalista de Sevilla definiendo que tenía “un temilla” muy complejo de tipo penal y que precisaba “pedir consejo”. Con posterioridad a estas llamadas el acusado comienza a entablar muchas llamadas telefónicas, manteniéndose alerta con esta situación.
Fue entonces cuando la UCO, tras agotar todas las posibilidades, decidió detener a Eugenio Delgado con el propósito de encontrar los restos de Manuela, pues estimaron que en esos momentos ya estaría fallecida.
Contradicciones en la declaración de Eugenio
En la primera versión policial, el acusado cuenta que el cuerpo lo depositó en el coche y que lo llevó a la zorrera en brazos. Fue allí cuando le habría quitado la ropa. Además, alegó que posteriormente fue a por el tractor para rellenar de tierra la tumba. En esta primera versión los hechos fueron contados así, y Eugenio habría vuelto en su coche de nuevo al pueblo. Todo ello no sin antes haber dejado el tractor en el mismo sitio del que lo había desplazado.
Pregunta del Ministerio Fiscal a la UCO: ¿se habría encontrado el cuerpo sin las declaraciones de Eugenio?
La UCO ha resaltado que tenían sospechas de que el cuerpo de Manuela estaría en la finca del acusado “que habría sido inspeccionada minuciosamente” tras la llamada telefónica que mantuvo con su madre y se mostró dubitativo.
SOBRE LA CUNA QUE UTILIZÓ EUGENIO DE EXCUSA PARA BUSCAR A MANUELA
La cuna ha sido uno de los puntos clave de la investigación, ya que el acusado mantiene su versión. Sostiene que Manuela falleció al tropezar con la cama y la cuna mientras, supuestamente, andaba de espaldas cuando ambos cargaban con la cuna. Una cuna en la que se encontró ADN de la propia víctima, el acusado, el hijo de Manuela y otra chica cuya hija habría dormido en ella en la vivienda de Eugenio Delgado.
En las declaraciones, que pudieron observarse en la prueba documental, Eugenio mantiene que la mujer cayó al suelo en una posición que tanto la UCO como el Ministerio Fiscal ponen en tela de juicio.
REGISTRO EN LA CASETA DE LA FINCA
Los perros, al entrar en la caseta, tuvieron una llamada de atención de un foco de olor, marcando una zona. Con una tecnología con luz forense, observaron la posible presencia en el suelo de manchas de sangre y salpicaduras hacia la puerta metálica del salón. Fue entonces cuando Eugenio Delgado dijo que no había llevado el cuerpo directamente la zorrera, sino que el cuerpo había pasado por allí. Así fue como advirtió que el cuerpo de Manuela había pasado allí toda la noche hasta que el día siguiente volvió para enterrarla.
En conversaciones con miembros de la UCO, los agentes advierten que Eugenio intentó anticiparse al hallazgo de posibles restos biológicos en los restos de Manuela. Así, a petición propia del acusado, se dirigió a dos agentes en privado para manifestarles que “si aparecían restos de semen en el cuerpo de Manuela, que eran suyos porque habían tenido relaciones consentidas la noche antes en su casa”. Y esto volvió a cambiar de nuevo las declaraciones del acusado.
Asimismo, tras la investigación de los forenses sobres las fracturas que había sufrido el cuerpo de Manuela, de forma sorpresiva, el acusado en la reconstrucción de los hechos afirmó que el cuerpo se le había desprendido de la pala del tractor. De esta forma justificaba los daños que la víctima sufrió la noche en la que se produjo su muerte, y sobre la que todavía existían lagunas.
La UCO ha puntualizado que Eugenio tuvo intención de hacer desaparecer indicios y vestigios. Así, han señalado que "tal y como nos encotramos a Manuela, desnuda y golpeada, lo que no atiende eso es a un accidente doméstico". Además, han manifestado que se entrevistaron con mujeres que ejercían la prostitución y que habían mantenido encuentros y conversaciones con Eugenio. Recuerdan que en las conversaciones con estas mujeres advertía que "si en las relaciones no existía un punto de dolor se quitaba morbo". Además, en su teléfono móvil las tenía categorizadas con adjetivos obscenos.
Relatan los agentes un encuentro sexual con una mujer que era prima de un amigo de Eugenio. En conversación con la chica, las autoridades trasladan en el juicio que Eugenio mostró una actitud desproporcionada con la joven, quien lejos de arrepentirse de haber perpetrado comportamientos obscenos e impropios con una mujer, sentía como si mantuviese con ella una relación de pareja.
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