Día mundial de la violencia contra las trabajadoras sexuales

Este 17 de diciembre se conmemora el Día Mundial por el Fin de la Violencia contra las Trabajadoras Sexuales. Este se origina en 2003 tras la captura de un asesino en serie de prostitutas en Seatle, Estados Unidos. El criminal Gary Ridgway explicó abiertamente tras su detención que escogía prostitutas para sus crímenes porque sabía que la sociedad haría un esfuerzo mínimo en esclarecer aquellos crímenes.

De esta forma, explicó haber matado a 71 trabajadoras sexuales estadounidenses, aunque solo fue juzgado por la muerte de 48. Las restantes ni tan solo constaban como desaparecidas en los registros policiales.

“Desde StopAbolición queremos compartir este breve videocomunicado para recordar que la criminalización del trabajo sexual es un acto más de violencia contra una actividad que siempre ha sido mal vista y repudiada. El abolicionismo es un discurso engañoso que solo deriva en más código penal, más criminalización, más marginación y más violencia contra nosotras finalmente”.

COMUNICADO

"Hoy, 17 de diciembre, se celebra el día internacional para poner fin a la violencia contra las trabajadoras sexuales. La asociación StopAbolición apoya y hace suyas las reivindicaciones del movimiento pro-derechos internacional de hoy. 

Las políticas abolicionistas aprobadas en Francia, Suecia o Irlanda han empujado a las trabajadoras del sexo a entornos de gran inseguridad, con un aumento desbocado de los robos y extorsiones que sufren. Nuestro mensaje es claro; solamente las leyes de despenalización y la protección de derechos puede poner fin a los ataques y agresiones contra las trabajadoras sexuales.

Geraldine, Vanesa Campos, Jessyca Sarmiento, Anissa e Ivanna, son solamente algunos nombres de una interminable lista de trabajadoras asesinadas en la clandestinidad por las medidas de criminalización del abolicionismo. Un discurso manipulador y dañino en la práctica que el gobierno del PSOE se empeña en copiar

Frente a la persecución penal y la clandestinidad, las trabajadoras sexuales reclamamos leyes proderechos como las vigentes en Bélgica y Nueva Zelanda. Leyes inclusivas que han demostrado su eficacia proporcionando seguridad a nuestra actividad.

Alzamos la voz hoy contra la violencia y también contra nuestro silenciamiento sistemático. Queremos tener una colaboración efectiva con los partidos y la sociedad civil para crear juntos las leyes que benefician a las personas y construyen una sociedad mejor."