Diez palabras molonas que no tienen quien las escriba en el diccionario

Albericoque (albaricoque); chapuzar (no es hacer chapuzas, sino meter a alguien de cabeza en el agua); palabro (palabra rara, como albericoque y chapuzar); almóndiga (hermana sin estudios de albóndiga); otubre (octubre en rebaja); descambiar (no es cambiar, sino deshacer un cambio); güisqui (lo mismo pero seco, sin w) o bluyín (que viene del inglés blue jeans y significa pantalón vaquero de toda la vida), fueron algunas de las palabras que consiguieron desatar una tormenta en las redes sociales tras su aprobación por parte de la Real Academia Española (RAE).

Y es que cada intento de la Real Academia Española por acercarse al uso urbanita de la lengua consigue, como poco, huir de la indiferencia. Pero, ¿qué hay de aquellas palabras que son habituales en las conversaciones urbanas, aunque no se usen casi nunca en el medio rural? Ya que se han incluido en el diccionario términos que hasta hace un par de años ni siquiera existían.

En cuanto estos otros términos se incorporen a los textos literarios, la RAE, especialmente sensible al mundo de la literatura, posiblemente las incluya en su magna obra.

Según un estudio de la agencia Evercom Life, algunas de estas palabras están cobrando una especial importancia en las conversaciones, por lo que la Academia podría valorar su inclusión en un futuro próximo.

DIEZ PALABRAS SIN DICCIONARIO

Ambientazo: Hace referencia a la animación y al atractivo ambiente de una reunión de personas.

Pelazo: Se llama así a las melenas espléndidas. ‘La Vecina Rubia’, perfil muy presente en las redes sociales, recoge firmas para que la RAE incluya en el diccionario esta palabra que se usa en anuncios de champú en artículos periodísticos y en las comunicaciones de las personas influencers, palabra no reconocida por la RAE, muy cercana en su significado a influyentes, que viven de aprovechar su credibilidad para vender marcas.

Instagramear: Acción de subir contenidos a la red social Instagram.

Fit: Estar en forma o en la justa medida de algo.

Poliamor: Esta práctica enemiga de la monogamia implica mantener relaciones amorosas con más de una persona de manera simultánea. Ya existen y están en el diccionario la poliandria (mujer casada simultáneamente con dos o más hombres) y la poligamia (régimen familiar en el que se permite, generalmente al varón, la pluralidad de cónyuges), pero el poliamor es más moderno, tiene menor carga antropológica, por no decir étnica, y sobre todo no distingue entre mujeres y hombres.

WowTrip: Este anglicismo que nace de la unión del término wow y de la palabra viaje (trip en inglés) se ha popularizado como sinónimo de viaje sorpresa, en el que quien viaja no sabe cuál será su destino hasta que se pone en marcha, y que cada vez se practica de forma más habitual.

Flexivegano: Hay personas que llevan una dieta vegetariana, otras vegana, orgánica, mediterránea… Todas están incorporadas a la RAE. Pero hay una variación en la vegana con un espectro más amplio, que orienta la alimentación a vegetales y frutas limitando el consumo de proteínas animales.

Eso es el flexiveganismo. Veremos como termina todo esto, porque la dieta es uno de los mecanismos más poderoso de la especiación, de la diversificación de las especies.

Sororidad: Hace referencia a la solidaridad y concordia entre mujeres. Un movimiento cada vez más conocido y reconocido en una sociedad que, en buena parte de su composición, lucha por la igualdad.

Casoplón: Existe mansión, caserón y casona, pero no casoplón, que es una mansión lujosa, grande y situada en una zona privilegiada, hasta que con los años se deteriore y pase a ser una casona, antes de entrar en la antesala de la ruina y convertirse en un caserón.

En fin, una curiosa lista de palabras molonas que muchas personas utilizan a menudo, porque les molan, aunque seguramente aún no han llegado a los libros con la contundencia necesaria para que la Real Academia se fije en ellas y las escriba en su diccionario de las palabras con alcurnia.