El Ayuntamiento de Mérida instalará desfibriladores en sus edificios
23 de Febrero de 2018
La delegada de Contrataciones, Carmen Yáñez, acompañada del delegado de Turismo, Pedro Blas Vadillo, han presentado esta mañana la instalación de los desfibriladores en edificios públicos, así como el curso de formación que están recibiendo 80 trabajadores municipales.
Yáñez ha explicado que “entendíamos que una administración como esta, y en edificios como polideportivos, policía local, información turística, etc…, era importantísimo que tuviéramos desfibriladores como medida preventiva y paliativa para utilizarlos cuando sea necesario”.
Los trabajadores han iniciado esta semana un curso sobre cómo utilizar un desfibrilador, que la empresa Anek S3, suministradora de los equipos, está realizando en la Delegación de Urbanismo. "Aunque son aparatos de fácil manejo, los trabajadores deben aprenderlo porque son los que están físicamente en las instalaciones y van a prestar el servicio en caso de necesidad”, ha señalado Yáñez.
El curso, que se ha tenido que comunicar a la Junta con 45 días de antelación a su realización, se realiza de 8 a 16 horas con clases teóricas y prácticas sobre RCP Básica (Reanimación Cardiopulmonar), OVACE (Obstrucción de la Vía Aérea por un Cuerpo Extraño) y otras técnicas del SVB (Soporte Vital Básico).
Anek S3 fue la mejor oferta presentada y la adjudicataria de los trabajos de instalación de 17 desfibriladores, por un importe total de 29.949 euros, para el mantenimiento, instalación y formación de los trabajadores.
Una vez finalizado el curso, que se prolongará hasta el 1 de marzo, los desfibriladores se repartirán por las siguientes instalaciones municipales: 5 en instalaciones deportivas, 5 en los vehículos de la Policía Local, 1 en el edificio del Ayuntamiento de la Plaza de España, 1 en la delegación de Urbanismo, 1 en el centro cultural Alcazaba, 1 en Servicios Sociales, 1 en Alcaldía y dos en las oficinas de Turismo. De los 17, cinco son automáticos.
Pedro Blas Vadillo ha señalado que, a pesar de la situación económica, la instalación de estos desfibriladores “era una cuestión de voluntad política y de compromiso con la ciudadanía para que Mérida sea una ciudad cardiosaludable donde se consigue asistir a cualquier persona que lo necesite y disminuir los tiempos de respuesta que son imprescindibles para recuperar a un paciente en situación de parada”.
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