Expertos explican por qué no cumplimos los propósitos de año nuevo
18 de Diciembre de 2018
¿Por qué cada Nochevieja nos hacemos los mismos propósitos si difícilmente los cumplimos? Los expertos dan las claves para que en 2019 dejemos de fumar, hagamos más ejercicio, comamos mejor y pasemos más tiempo con la familia. Esta vez, de verdad.
Cumplir los propósitos de Año Nuevo no es fácil. Según un estudio realizado en la Universidad de Scranton, Pensilvania, el 92% de las personas que se proponen metas en Año Nuevo fracasa.
Otro informe, esta vez elaborado en la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) ofrece una cifra un poco más alta: el 12% de los entrevistados había cumplido sus propósitos al finalizar el año. Lo que está claro es que la mayoría de las personas renuncia y lo hace muy pronto: una encuesta elaborada en la Universidad de Stanford, en California, revela que el 40% de los propósitos se abandonan en las primeras semanas.
Entonces, ¿por qué seguimos proponiéndonos objetivos si sabemos que muy probablemente no los cumpliremos y nos sentiremos mal por ello? "Porque imaginar que lo logramos nos hace sentir mejor y porque nos permite relajarnos en tiempos de excesos".
Así lo cree Francesc Núñez, doctor en Sociología y profesor de los Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, que explica que "caemos año tras año, y a veces toda la vida, porque al pensarlos ya sentimos placer. Cuando uno fantasea con lo que va a hacer, ya empieza a generar sentimientos positivos".
Núñez también explica que los propósitos son un deseo que se proyectan en el futuro "normalmente tendemos a aplazar el esfuerzo. Retrasar la fecha en la que queremos empezar a hacer algo nos aporta legitimidad. Ahora puedes fumarte un cigarrillo porque mañana ya lo vas a dejar", concluye.
CINCO CONSEJOS PARA CUMPLIR TODOS LOS PROPÓSITOS
Ser realista y no proponer retos demasiado ambiciosos es una de las claves para tener éxito, explica Manuel Armayones, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación en la UOC. No podemos pretender ir a recoger a los niños al colegio si nuestro horario laboral es inamovible, pero quizá sí negociar hacerlo una vez por semana.
Concretar objetivos al máximo es fundamental, añade Alicia Aguilar, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la UOC. Plantearse dejar de comer pan en las comidas es mucho más fácil de cumplir que no comer nunca más hidratos de carbono.
Ser graduales. Funciona muy bien programar un calendario de objetivos, proponiéndonos pequeños retos que, una vez conseguidos, permitan pasar a los siguientes.
Hablar y explicar el objetivo. Que nuestros familiares, amigos, compañeros, etc. conozcan nuestras metas no solo aporta sensación de pertenencia, también aumenta nuestro compromiso. Además, la sanción social que nos espera si no lo conseguimos se convierte en un incentivo para seguir intentándolo, explica Manuel Armayones.
Asumir los tropiezos. Si hay alguna interrupción, no pasa nada. La recaída hay que tenerla prevista, nos tranquiliza este profesor. Lo importante es no dejarse llevar por los errores, ser conscientes de ellos y remontarlos.
Tampoco hay que obsesionarse con cumplir los objetivos al cien por cien, concluye Francesc Núñez. Hay que darse por satisfecho con lo poco que consigamos, porque ya hemos conseguido algo positivo.
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