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Agro

¿Insectos para combatir el hambre en el mundo?

Agro

9 de Diciembre de 2019

¿Insectos para combatir el hambre en el mundo?

Los insectos son ricos en nutrientes y más resistente a los choques climáticos que otros alimentos, producen una pequeña fracción de los gases de efecto invernadero del ganado y podrían desempeñar un importante papel en la lucha contra la desnutrición.

Un estudio desarrollado por Acción contra el Hambre en República Centroafricana evidencia su valor nutricional y las oportunidades de trabajo que podría crear.

En muchos países comer insectos forma parte de la dieta básica. La entomofagia se ha practicado durante milenios y actualmente más de una cuarta parte de la población mundial (2000 millones de personas) consume insectos como parte de su dieta. “Aunque en España no se consumen de manera común, en muchos países suponen una importante fuente de proteínas”, señala Amador Gómez, director técnico de Acción contra el Hambre. “Debería producirse un cambio cultural drástico para que en España incorporáramos los insectos a nuestra dieta, pues los beneficios para el planeta son obvios”.

Desde Acción contra el Hambre han llevado a cabo un estudio en la República Centroafricana para investigar cómo la entomofagia podría ayudar al país a abordar tasas extremadamente altas de desnutrición crónica, que afecta a más del 40% de los niños menores de 5 años del país. El estudio destaca que los insectos no solo suponen una fuente nutricional más resistente a los choques climáticos que otros alimentos, sino que favorecer la entomofagia podría reducir la inseguridad alimentaria al mismo tiempo que crear oportunidades de empleo, particularmente entre las mujeres.

1 KG DE INSECTOS NECESITAN SOLO 1 LITRO DE AGUA

Se necesitan 15 000 litros de agua y 8 kg de alimento para producir un solo kilogramo de carne de vacuno. Los insectos pueden alimentarse con desechos biológicos y requieren solo 2 kg de alimento por cada kilogramo. Además, son resistentes a la falta de agua: muchas especies requieren menos de 1 litro de agua por kilogramo de insecto.

En aquellas regiones del mundo donde cosechas y ganado son diezmados por las sequías o los conflictos, el desarrollo de infraestructuras sostenibles para la producción de insectos durante todo el año podría desempeñar un importante papel en la lucha contra la desnutrición.

“Mejorar el acceso y el consumo de insectos podría desempeñar un papel protagonista en la lucha contra el hambre en el mundo. Los insectos son capaces de resistir los crecientes choques climáticos que estamos presenciando y proporcionan más calorías, proteínas y nutrientes que los alimentos básicos tradicionales. 100 gramos de grillos tienen 63 gramos de proteína, la carne de vacuno solo contiene 24 gramos”, añade Amador Gómez.

“En muchos de los países más afectados por la crisis climática ya se consumen insectos como parte de la dieta. El desafío con el que nos encontramos es que muchos de estos insectos son estacionales y, por lo tanto, los beneficios nutritivos solo están disponibles durante un tiempo limitado. Es necesario explorar soluciones que los conserven durante todo el año. Además de los beneficios nutricionales, también existen oportunidades de empleo que la industria de los insectos puede crear”.

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