La concejala cacereña de Medio Ambiente, en el punto de mira

Los grupos de la oposición en el ayuntamiento de Cáceres denunciaron este jueves la participación de la concejala de Medio Ambiente en el ayuntamiento de Cáceres, Montaña Jiménez, en la votación en dos órganos de gobierno en los que se consultó la viabilidad de la propuesta de la zona comercial, donde su padre, junto a otros, es propietario del suelo.

Este centro comercial, situado junto a Carrefour, se sitúa en la parte oeste de la ciudad, colindando con las grandes áreas comerciales existentes y con acceso desde la travesía de la N-630. La superficie total de este espacio es de 38.709 metros cuadrados, con 20.000 metros cuadrados de edificabilidad de uso lucrativo.

Fernando Jiménez Escaldón, padre de la concejala de Medio Ambiente, es uno de los propietarios del suelo de esta nueva zona comercial, que se aprobó con el plan de urbanismo de 2010. Éste posee casi un cuarto de la propiedad, lo que se calcula como 9.000 metros cuadrados.

La consulta de viabilidad es el trámite previo a que los propietarios del suelo presenten el programa de ejecución, en el que se tiene que concretar cómo se desarrolla y ordena el terreno (será un parque de medianas empresas). Ha sido en esta fase del proceso donde la concejala ha votado, pese a que entre los propietarios está su familiar.

Los tres partidos con representación en el ayuntamiento cacereño, PSOE, Ciudadanos y CaCeresTú, basan su reclamación en que el padre de la edil es uno de los propietarios del suelo y “no debería haber participado” en la votación.

Sin embargo, desde el equipo de Gobierno se ha insistido en que la concejala “no ha cometido ningún tipo de irregularidad”, debido a que el voto de la concejala no marcó una diferencia en el resultado de viabilidad, por lo que “no se pueden buscar dobles lecturas a este asunto”.

Esta consulta salió adelante con los votos de PP, PSOE, Ciudadanos, y la abstención de CáCeresTú, por lo que su voto no fue decisivo a la hora de aprobar este proyecto.

El equipo de gobierno argumenta que “la concejala no se abstuvo en dicho punto al entender que se trataba de una consulta relativa a la viabilidad y no de aprobar un proyecto o recalificación alguna”.

La propia Jiménez ha reconocido que, pese a que su voto no fue decisivo, “quizás” debería haberse abstenido en esta votación “por prudencia”, y ha mostrado su total disposición a subsanar su error, ya que “no existía ninguna intencionalidad”.