La oposición reprende a Calvo por su gestión con el Open Arms
30 de Agosto de 2019
La comparecencia de Carmen Calvo en el Congreso por la gestión de la crisis del Open Arms, forzada por Unidas Podemos y con gran interés por parte del PP y Ciudadanos, remarcó las diferencias entre el PSOE y su posible socio para formar Gobierno, la formación morada.
En la sesión la vicepresidenta en funciones destacó el descenso del 43% de las entradas irregulares por el Estrecho y la colaboración de Marruecos en la política migratoria de los últimos 14 meses. Calvo recordó que el buque humanitario “nunca” solicitó refugio en un puerto español. Asimismo, sostiene que el Gobierno “desencalló” la crisis del Open Arms en apenas 48 horas.
Pablo Casado reconoció a mediados de agosto que las cifras que confirman la bajada de la llegada de inmigrantes de manera irregular a las costas españolas “son incontestables”. Y no permiten presumir al PP de la gestión que desempeñó durante el mandato de Mariano Rajoy. No obstante, achaca esta caída a medidas como los 140 millones de euros de fondos europeos movilizados para que Marruecos disponga de recursos.
Así que, pese a la supuesta bajada de inmigrantes, Casado no renunció a la oportunidad de reprender a la actual vicepresidenta, recordándoles que en mayo de 2018, antes de que prosperase la moción de censura que llevó a Sánchez a La Moncloa, la entrada ilegal de personas era cuatro veces mayor respecto al mismo mes del año anterior. Una tendencia que “seguía una curva ascendente desde 2015”.
Sus argumentos no convencieron a Cayetana Álvarez de Toledo tampoco en su estreno como portavoz del Grupo Popular. “El sanchismo y el salvinismo son las dos caras de la misma moneda. Usan a los inmigrantes para ganar votos”, afirmó tras llamar “extravagante” e “impúdica” a Calvo.
Ciudadanos y la mayoría de grupos, entre ellos Unidas Podemos, también concentraron sus críticas en la gestión particular de la última crisis del Open Arms.
Calvo, desesperada por salir de la situación tensa que se había formado, reivindicó el trabajo del Gobierno para que la UE avance hacia una política migratoria común. Una de las principales exigencias del Ejecutivo es que la Unión Europea se dote de unos protocolos que regularicen el reparto entre los países comunitarios de los migrantes rescatados en el Mediterráneo. Su ausencia, enfatizó, agrava las crisis como la reciente del Open Arms ante el cierre de los puertos italianos ordenado por el ultraderechista Matteo Salvini, ministro del Interior. A falta de esa solución, la vicepresidenta destacó la labor de España en su condición de “frontera sur de Europa”. Y destacó que los servicios españoles de Salvamento Marítimo han rescatado a 50.000 personas en el último año.
Entre unos feos y otros el ambiente de la sesión se tildó de precampaña electoral, debido a la elevadísima probabilidad de que el 10 de noviembre se celebren las cuartas elecciones generales en cuatro años trascendió al orden del día.
Y es que, salvo los regionalistas cántabros del PRC, cuyo diputado fue el único que el pasado julio se sumó a los del PSOE y votó a favor de la candidatura del presidente en funciones, el resto de grupos de la Cámara baja cuestionó, en mayor o menor medida, la labor del Ejecutivo. La política migratoria sirvió de excusa para examinar el respaldo del que goza el partido en el Gobierno. Sobre todo a su izquierda. De ahí que toda la atención se concentrara en el grado de las críticas de Podemos.
Algo ha quedado claro, las diferencias entre el Partido Socialistas y Podemos avecinan unas nuevas elecciones, salvo que, alguno de los dos partidos salven distancias y cedan en algunas de las peticiones que se han realizado los últimos meses.
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