La premiada obra 'Los últimos paganos' llega a Mérida
21 de Marzo de 2018
Teatro Guirigai presentará su última producción, ‘Los últimos paganos’, en Mérida este sábado 24 a las 21 horas, en la Sala Trajano.
Se trata de un texto poético de oscuras profecías, amistad y magia, el cual transcurre en una villa romana imaginaria de la Hispania extremeña o castellana de mediados del siglo V, época de grandes transformaciones donde se desarrolla un combate entre cristianos y paganos mientras se derrumba el orden antiguo.
Magda García Arenal, directora de la obra, aprovecha para hablar de la fragilidad del ser humano y el poder del subconsciente, la manipulación, la guerra y la fuerza de la amistad.
La novela de Luis Díaz Viana fue ganadora del ‘Premio Ciudad de Salamanca de Novela 2010’ y está editada por ‘Ediciones del Viento’.
Asimismo, Viana es un reconocido poeta, profesor de antropología e investigador del CSIC, quien colabora desde hace más de 20 años con Guirigai como especialista en cultura popular ibérica, tradición oral, leyendas y cuentos populares. Además, fue galardonado con el ‘Premio Nacional de Investigación Cultural', en 1987 y el ‘Premio Castilla y León de Ciencia y Humanidades', en 2015.
Asunción Sanz y Agustín Iglesias se introducen en la piel de dos personalidades complejas, que a pesar de sus diferencias culturales se unen en la búsqueda desesperada de otro mundo posible.
La música de la antigua Roma reproducida por los instrumentos antiguos del grupo Synaulia, unida a fragmentos obras musicales de Arvo Pärt y Penderesky nos ayudan a aproximarnos a ese mundo pagano.
Magda García Arenal dirige este espectáculo con pulso intenso y meticuloso, creando códigos teatrales donde poder desarrollar el rico mundo sensitivo y pagano que la novela de Luis Díaz nos ofrece.
UN VIAJE AL INFRAMUNDO
Antonio y Vétula, protagonistas de la obra, habitan la villa de Nivaria, espacio imaginario donde transcurre la obra. Creen en los dioses de sus padres y en la presencia y compañía de sus propios antepasados. Entierran a Máximo, propietario de la villa, asesinado por otros terratenientes aliados de los bárbaros, allí mismo, en la villa, con sus muertos y las pinturas de sus antepasados, formando una sola comunidad de vivos y muertos.
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