La ‘Torre Eiffel’ de Badajoz reclama un uso constante
19 de Marzo de 2018
La Asociación Cívica de Badajoz reclama que el Edificio Metálico, que durante décadas acogió el mercado de abastos de la Plaza Alta pacense, vuelva a tener un uso continuado para que no siga deteriorándose.
El Edificio Metálico es uno de los monumentos más significativos que aún conserva la ciudad de Badajoz. Constituye una reminiscencia de que alguna vez, en el pasado, la capital pacense estuvo a la vanguardia de las técnicas arquitectónicas internacionales basadas en el metal.
CONTEMPORÁNEO DE LA TORRE EIFFEL
El Edificio Metálico se diseñó para ser mercado de abastos y durante décadas fue utilizado con esa finalidad. Se levantó en la Plaza Alta de Badajoz, uniendo sus piezas con tornillos, sin soldaduras, sobre una base y un cerramiento de granito y ladrillo visto.
Allí estuvo hasta que se desmontó y fue trasladado al recinto de la Universidad. Pasó del abigarrado colorido de las hortalizas al no menos colorista de los birretes.
El Edificio Metálico fue inaugurado como mercado en 1899, sólo diez años después de la construcción de la Torre Eiffel, el monumento metálico más famoso del mundo y de la que es contemporáneo. El uso del metal, como material de construcción, estaba entonces tan de moda como lo está todavía el hormigón armado.
El Edificio Metálico de Badajoz es más antiguo pero muy parecido al mercado de San Miguel, en Madrid. Situado junto a la castiza Plaza Mayor madrileña, el mercado capitalino fue construido con la misma técnica que el Edificio Metálico pacense e inaugurado en 1916, unos 17 años después que el monumento extremeño, que también supera en antigüedad al popular mercado de La Boquería, en Barcelona, cuya cubierta metálica se inauguró el año 1914.
El Edificio Metálico pacense también fue construido antes que otros monumentos famosos, como el mercado central de Zaragoza, declarado monumento histórico nacional y bien de interés cultural, y el mercado de abastos de Zamora. También es más antiguo que la estructura metálica de la estación ferroviaria de Atocha, en Madrid.
De la misma corriente arquitectónica y de la misma época son el quiosco o templete de la música de San Francisco, construido el año 1894, en Badajoz; el puente de 1909 sobre el río Alagón, en Coria; el mercado emeritense de abastos ‘José María de Calatrava’ (de 1887) y el puente del ferrocarril sobre el río Guadiana (de 1883), también en Mérida.
Es decir, el Edificio Metálico de Badajoz es representativo, al máximo nivel, de una corriente arquitectónica ampliamente extendida por Extremadura, por España y el resto de Europa.
MANTENIMIENTO CONSTANTE
Se creía que la obra más conocida de todo este estilo, la Torre Eiffel, imagen de París y de Francia, construida como emblema de la Exposición Universal, iba a estar en pie tan sólo un cuarto de siglo, pero más de un siglo y cuarto después sigue erguida como símbolo de un pueblo, de una forma de construir y hasta de una civilización.
El secreto de que su existencia supere ampliamente las previsiones es que la Torre Eiffel está en continua renovación; cuando la restauración del monumento (tratamientos contra la corrosión, sustitución de piezas, etcétera), llega a la cúspide de la torre, que tiene 300 metros de altura, se continúa la tarea desde la base de la misma.
LAVADO DE CARA
La Asociación Cívica de Badajoz teme que la restauración del Edificio Metálico pacense se limite a “un lavado de cara”.
“Resulta lamentable que no se haya intervenido en lustros y que la Universidad, con la connivencia de la Junta de Extremadura y del Ayuntamiento de Badajoz, dejara que el edificio se convirtiera en una ruina antes de preocuparse por su rehabilitación”, afirma la Cívica.
Entre los años 1975 y 1977 se desmontó el edificio metálico y fue reconstruido en la Universidad de Extremadura, para ser utilizado como sala de usos múltiples y sede de otras secciones de la Universidad. Desde el año 2007 está cerrado debido a su mal estado de conservación.
Cuando el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura lo declaró bien de interés cultural, con categoría de monumento, limitó su utilización a fines que “deberán ser compatibles con su conservación y no podrán alterar su valor patrimonial”.
“Recuérdese que la última actividad se realizó en 2006, pero que desde los años noventa el uso del edificio fue reduciéndose curso tras curso. La cifra por la que finalmente se harán las intervenciones son poco más de 750.000 euros. Básicamente se destinarán a cambiar la cubierta, algo que resulta imprescindible, y a la limpieza general de edificio, eliminando el óxido de los pilares y poco más, pues en los sótanos no se interviene más allá de los aseos”, afirma la Cívica.
RECUPERAR SU DESTINO ORIGINAL
“Una rehabilitación completamente eficaz resultaría mucho más cara”, afirma la asociación, “pues requeriría el desmontaje de las piezas soldadas en los años setenta, proceder a su saneamiento y, posteriormente, reponerlas utilizando los tornillos originales de la arquitectura del hierro, pues originalmente las piezas no iban soldadas”.
“En este caso hubiera resultado tan costosa su rehabilitación in situ como su traslado, lo que la Asociación Cívica ya propuso en otras ocasiones, de forma que pudiera recuperarse su uso original”.
Según la Asociación, la Universidad no se había planteado restaurar el inmueble abandonado “hasta que se propuso el debate social para el traslado del Edificio Metálico al centro de la ciudad para volver a ser utilizado como mercado”.
En cualquier caso la Cívica considera “fundamental que se dote a este edificio singular, catalogado como bien de interés cultural, de una actividad continuada y evitar a toda costa un nuevo abandono por parte de sus actuales depositarios”.
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