Muestran desacuerdo con la Comisión Europea sobre la caza en Monfragüe
8 de Enero de 2018
Las declaraciones del Comisario Europeo de medio ambiente, Kermeu Vella, sobre la caza en Monfragüe preocupan enormemente al sector conservacionista extremeño “por su falta de rigor científico y su profundo desconocimiento sobre la problemática en el Parque Nacional de Monfragüe”.
Ante las afirmaciones del Comisario Europeo de medio ambiente , el maltés Karmenu Vella, sobre la caza en Monfragüe, las organizaciones ambientalistas ANSER, AMUS, DEMA, Ecologistas en Acción, Ecologistas Extremadura, Fundación Global Nature, SEO Birdlife y Sociedad Extremeña de Zoología han manifestado su profundo desacuerdo por diversos motivos:
Las afirmaciones del comisario crean confusión al mezclar dos figuras de protección ambiental como si fueran lo mismo, un Parque Nacional español y una ZEPA de la Red Natura 2000.
Hasta el momento, ninguna organización ecologista ha pedido que no se cace en toda esta ZEPA de la Red Natura 2000, sino simplemente en el Parque Nacional de Monfragüe, tal y como de hecho establecía la ley que lo declaró, que prohíbe expresamente la caza comercial y también otras actividades, dentro del espacio protegido.
Consideran fundamental aclarar que la caza comercial no está prohibida en todos los espacios naturales protegidos de España, si no únicamente en los Parques Nacionales. Eso supone que en Monfragüe en la actualidad se puede cazar en casi el 85% de la ZEPA Dehesas de Monfragüe y su entorno.
En el Parque Nacional de Monfragüe se están abatiendo animales en acciones de control poblacional de manera excepcional desde hace más de 20 años. En su gran mayoría monterías con rehalas en zonas de reserva que están siendo comercializadas. Sin embargo, “los datos muestran la baja efectividad de estas acciones”. En la mayoría de los países de la Unión Europea no se permite la caza en los Parques Nacionales, “y menos aún utilizando el método de montería con rehalas”.
“Esta actividad cinegética, contrariamente a lo que dice el comisario, no sólo afecta a los ciervos y jabalíes sino a cualquier animal que esté allí, incluidas muchas especies protegidas por legislaciones nacionales y comunitarias, ya que los perros que se sueltan en estas monterías van a atacar e intentar matar cualquier animal que encuentren. Tampoco se puede garantizar que los cazadores aficionados que participan no maten algún ejemplar de una especie protegida”, exponen desde las organizaciones ambientalistas.
Estas asociaciones aclaran que el problema de la superpoblación de especies cinegéticas no es exclusivo de los Espacios Naturales Protegidos, como parece exponer el Comisario en sus declaraciones, sino que es un problema muy serio de la mayoría del territorio español.
“No se ha aportado ningún informe científico que demuestre que la actividad cinegética comercial esté ayudando a controlar dichas poblaciones, sino más bien todo lo contrario, los datos oficiales de comunidades como Andalucía, Aragón, Cataluña o Castilla y León muestran el espectacular aumento de capturas de especies cinegéticas de caza mayor”.
Afirman que el interés público generado sobre la gestión de este Parque Nacional responde a intereses económicos privados y no al interés general de conservación de nuestro patrimonio natural, dado que los beneficios obtenidos en monterías comerciales son mucho más altos que en los controles poblacionales.
Además, las asociaciones consideran que es un grave error cazar en el Parque Nacional porque interfiere con el turismo rural y de naturaleza. Lo cual no sale rentable ni siquiera desde una perspectiva meramente económica, si se considera la cantidad de dinero que pueden generar estas monterías: teniendo en cuenta los datos de este año, calculan que no llegaría ni al 10% de los ingresos por turismo de naturaleza, actividad a la que pueden perjudicar de forma notable.
También han explicado que esta situación “afecta a los derechos de los ciudadanos”, especialmente a disfrutar de la observación de la naturaleza, incluyendo a las especies no protegidas, como los grandes ciervos machos, que son apreciados por su espectacularidad.
“Por desgracia la actividad cinegética es cada vez menos sostenible y, lejos de solucionar los problemas ambientales, en muchas ocasiones los agrava, dificultando que se puedan restablecer los equilibrios ecológicos, como en este caso la pretendida superpoblación de ciervos”. En este sentido, animan al comisario europeo de Medio Ambiente a tomar medidas para evitarlo, “en lugar de defender una práctica que ya ha demostrado su ineficacia y que sólo beneficia los bolsillos de unos pocos”.
Noticias relacionadas
Comenta esta noticia
A Fondo