Los jugadores blanquinegros no están a la altura de su afición

La afición del Club Deportivo Badajoz está demostrando estar con el equipo. Tanto en las buenas como en las malas, los seguidores pacenses siguen al club a todos los partidos que disputa fuera del Nuevo Vivero.

Además, el cantico “orgullosos de nuestros jugadores” se escucha en cada uno de los partidos que disputa el Badajoz en su feudo, demostrando el cariño y la devoción de los seguidores por los que visten la camiseta blanquinegra.

Incluso Juan Marrero, técnico de la entidad pacense, no para de repetir en cada rueda de prensa la gran afición que tiene el equipo y la necesidad de brindarle una victoria por su “trabajo” desde la grada.

Todos son conscientes de que el Badajoz tiene una de las mejores aficiones de Segunda División B, pero los jugadores parecen no estar a la altura de cada una de las personas que se sientan en su butaca para animar al equipo.

En cuestión de intensidad se puede decir que sí, pero si nos ceñimos a los números, que es lo que finalmente cuenta, el equipo está muy lejos de la posición en la que debería encontrarse por el apoyo de la afición.

Esta temporada, el Badajoz es un equipo al que le cuesta hacer gol. En cada encuentro tiene un sinfín de ocasiones claras en partidos en los que, en condiciones normales, se podían haber marcado cuatro o cinco goles.

Otro punto en el que los blanquinegros no están a la altura de su afición es en la faceta defensiva. Parecen más blanditos de lo que se presupone a un equipo conocedor de la importancia de dejar la portería a cero para evitar el descenso.

Partidos como el del Mérida o el del Extremadura evidencian errores defensivos graves que dejan el encuentro cerrado antes de tiempo. Quizás la concentración no es la necesaria en momentos concretos.

Todo esto ha llevado, a pesar de la gran afición, a que el Club Deportivo Badajoz ocupe puestos de descenso directo. Una posición que está en la mano de los jugadores cambiar para dar, de una vez por todas, una alegría a la afición.