Nuevo hospital Don Benito-Villanueva: sostenella y no enmendalla
4 de Mayo de 2016
Por Valentín Sánchez Calvo
Ya han transcurrido diez años desde que el gobierno extremeño, con nuestro actual presidente ejerciendo de consejero de Sanidad, acordó construir este nuevo hospital en una superficie de 11,6 hectáreas, rodeada de carreteras, conformada por 30 fincas (22 rústicas y 8 urbanas), con la única justificación de su proximidad al acceso a la autovía A2. Acceso que será utilizado por unos 10.000 extremeños, y otros tantos si se incorpora Miajadas y alrededores, de entre los más de 150.000 residentes en esta área sanitaria.
Intuyo que el acuerdo de gobierno no se amparó en criterios económicos o socio-sanitarios, sino de otra índole. Rechazar una parcela cedida por el Ayuntamiento de Don Benito de forma gratuita, cuya superficie supera las 17 hectáreas, situada a las traseras del actual hospital, rodeada de cultivos, lejos de contaminación atmosférica y acústica, no parece a primera vista un buen negocio.
Nuestros gobernantes decidieron embarcarse en un proceso de expropiaciones, sin conocer su coste, y obviar las bonanzas y posibilidades que ofrecía esta parcela gratuita, de cara a una integración de servicios sanitarios de atención especializada y hospitalaria en la misma zona, con la consiguiente optimización de recursos humanos y materiales, su capacidad para albergar una futura residencia para acompañantes de pacientes hospitalizados, y otros servicios útiles para las personas, dotada de suficientes aparcamientos, que cuenta ya con helipuerto, y de muy cómodo acceso para más de 100.000 extremeños residentes en el este y sur de La Serena, que ya se desplazan a Don Benito y Villanueva utilizando la EX 346 desde su paso por Quintana de la Serena.
Así se lo di a conocer a nuestro presidente, a la vez que le anunciaba que iba a cometer un error histórico, que se uniría al cometido con la construcción del Polígono Industrial Montepozuelo, al cual se podría sumar el Palacio de Congresos, ambas instalaciones ubicadas en Villanueva de la Serena.
Es evidente que no se ha hablado de las personas, de la optimización de recursos, ni nuestros gobernantes han querido ver ni oír el latido de los extremeños, principalmente de quienes habitamos en esta área sanitaria (¿repensar Extremadura?).
En marzo de 2007 se adjudica la redacción del proyecto de construcción por un importe de 1.074.119 euros, sin llevar a cabo las expropiaciones pertinentes, y con posterioridad la señora consejera de Sanidad, María Jesús Mejuto, da a conocer al señor alcalde de Villanueva que las obras arrancarán en esa legislatura 2007-2011. Entonces ya está a la cabeza de la Junta de Extremadura nuestro actual presidente.
Al retomar el proyecto el año pasado, se añaden otras justificaciones: la redacción de un nuevo proyecto alcanzaría la cifra de 5 millones de euros (el anterior superaba ligeramente el millón), hacer un vial costaría 3,5 millones y otros gastos, que sumados todos alcanzarían los 10 millones de euros. En días pasados se alude a riesgo de inundaciones de la parcela rechazada, a la vez que se nos informa de que se necesita otro millón de euros para ajustar el primitivo proyecto. No se nos dice, que según los autores, el conjunto de la edificación alcanzará unos 60.000 m2; por tanto, quedan en la superficie elegida poco más de 50.000 m2 para viales, aparcamientos y otras instalaciones, entre ellas, el helipuerto y naves a utilizar por el actual helicóptero.
La situación financiera actual de Extremadura se impone, ¿debemos de esperar otros diez años o más a ser atendidos en el nuevo hospital? Por ello, propongo que esos 120 millones de euros presupuestados, según el Consejero de Sanidad, para el presente ejercicio económico, se destinen a la ampliación del actual centro, que cuenta con ciertas instalaciones y quirófanos aprovechables.
En fin, tendremos que resignarnos a no contar en el futuro con un complejo sanitario, a modo de “ciudad sanitaria de área”, donde las personas recibamos una atención sanitaria universal, integral y de calidad. Así se lo volví a dar a conocer en septiembre de 2015 a nuestro presidente, y también al nuevo consejero de Sanidad y Políticas Sociales.
“Actos son amores y no buenas razones”
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