OPINIÓN: El académico pedante renueva su discurso
6 de Octubre de 2019
Hay un personaje que presume de académico y anda renovando su discurso. Con más o menos disimulo, siempre arremetió contra la excesiva protección ambiental en vez de contra su mala gestión; o contra lo que contaminaban algunas formas de energía, cosa que no pasaba con las centrales nucleares. Este personaje, pedante y engreído hasta el hartazgo, anda ahora ensayando un discurso ambiental un poco más depurado que cuela entre los incautos y entre no pocos académicos de su gremio y de fuera de su gremio, e incluso entre algunas figuras del extremeñismo, el periodismo y otros ismos.
Si analizamos con agudeza este “nuevo discurso” veremos que se le cuela de vez en cuando una puerta abierta al nuevo azote con que nos amenazan algunas multinacionales (esos poderes ocultos de que les hablo de vez en cuando, que tanto cabreaba a un director de periódico del que nos libró la divina providencia).
Ese nuevo azote se llama “minería a cielo abierto”, que, con los grandes avances tecnológicos, nos deparará unos impactos ambientales que no estarán dispuestos a restituir por mucho que prometan y firmen papeles (acuérdense del desastre minero de Aznalcóllar y de la empresa sueca Boliden, que, como saben, se fue de rositas).
Pues bien, esa minería a cielo abierto que nos tiene reservados varios regalos en Extremadura necesita simulacros de “empresitas extremeñas” y técnicos y lacayos que pongan “el gorro de la ciencia” a estas inversiones que son una bendición del cielo para nuestra tierra. Y ahí estarán nuestros académicos mercenarios preparando un envoltorio que sabrán pagar los promotores de estos engendros mineros (que es para lo único que se acuerdan de Extremadura) y que saben bien quiénes serán sus aliados cuando empiecen las promesas de inversiones y empleo.
Seguiremos, pues, con atención el renovado discurso de nuestro académico insigne y sus aliados, reconvertidos ya al discurso ambiental, y a los medios que les esperan con los brazos abiertos; porque Extremadura lo que necesita es inversión y empleo, y con estos dos conceptos se arropa lo que haga falta.
He advertido públicamente al presidente Vara en el acto en el Quinto Cecilio de Medellín sobre la amenaza de este nuevo azote que se está gestando para Extremadura, porque imagino las presiones que le van a llegar, habiendo como hay tantos miles de millones de euros en juego.
Me alegra que el nuevo alcalde de Cáceres se haya puesto ya en contra de ese engendro minero. Nuestra tierra necesita responsables políticos que sepan defender su territorio de los intereses de esos grandes poderes ocultos, porque ciudadanos que se dejan embaucar por falsas declaraciones sobre los puestos de trabajo todavía quedan demasiados, desgraciadamente.
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