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Badajoz

OPINIÓN: El Guzmán que quiere la parroquia blanquinegra

Badajoz

16 de Enero de 2018

OPINIÓN: El Guzmán que quiere la parroquia blanquinegra

Todavía tengo el recuerdo de ese Guzmán que campeaba a sus anchas por la banda del Nuevo Vivero. No había rival que le robase el balón y encaraba con una velocidad que pocas veces he visto en el estadio pacense.

Tras su marcha dejó un gran vacío en la banda. Vinieron jugadores que cumplieron con creces su cometido, pero nunca lograron hacer que la grada del Nuevo Vivero olvidara las arrancadas del pacense.

Este verano el Club Deportivo Badajoz anunciaba su fichaje a bombo y platillo. Volvía el hijo pródigo y con él las ilusiones de los blanquinegros se multiplicaban por 1.000 en la nueva andadura de Segunda División B.

La presentación del centrocampista fue un auténtico acontecimiento. La prensa, junta directiva y varios aficionados no quisieron perderse las primeras palabras de Guzmán en su vuelta al equipo de sus amores.

En dicha presentación prometió trabajo, que iba a dar el 100% e iba a ayudar al club a conseguir el objetivo de la permanencia lo antes posible para después pensar en cotas más altas.

Todos estaban esperando que comenzara la liga no solo para ver al Badajoz de nuevo en la división de bronce del fútbol español, sino para ver de nuevo a Guzmán hacer diabluras en la banda.

En el inicio liguero el Badajoz mostró una buena cara, con un juego muy intenso, aunque no muy acertado de cara a gol. Esto le hacía que pasara más apuros de lo que su juego mostraba.

Todos ponían los ojos en Guzmán, que era el llamado a marcar la diferencia en el equipo pero no parecía que el jugador diera la talla. No tenía la chispa de antaño y en cuanto a nivel de trabajo parecía estar por debajo que sus compañeros.

Cayó lesionado y fue la escusa perfecta para Juan Marrero, un entrenador que no le tiembla la mano en sentar a los buenos si no cumplen, para dejarlo en el banquillo una vez recuperado.

Parece que esto le sirvió a Guzmán para darse cuenta de que algo tenía que cambiar. Jugadores como Juanma o Alex Rubio se habían ganado el respeto y la admiración del público a base de trabajo.

Entonces se puso el mono de trabajo y comenzó a mejorar. Poco a poco ha ido mostrando un mejor nivel y el culmen llegó el pasado domingo frente al Écija Balompié, donde el Badajoz ganó por 3 – 0.

Se vio un Guzmán más combativo, con más presencia en ataque y una genialidad suya fue la que abrió el marcador. Cogió el balón en la banda, se marchó de su marcador y picó el balón para superar al portero.

Esa jugada fue la que recordó a la grada del Nuevo Vivero al jugador que se marchó al Mallorca B hace tantos años y que campaba a sus anchas por la banda sin encontrar oposición de los rivales.

Ese es el Guzmán que todos los pacenses esperaban encontrar desde un principio y poco a poco el jugador va respondiendo a sus expectativas. Todavía queda mucho por mejorar pero el jugador se ha puesto el mono de trabajo y seguro que dará muchas alegrías a la parroquia blanquinegra.

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