OPINIÓN: Por favor señores, victimismos no

Diez mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en lo que llevamos de año, señores, victimismos no. Cuarenta y siete mujeres asesinadas de igual forma en 2018, victimismo no. Más de mil mujeres asesinadas por el mismo motivo desde que se contabilizan las víctimas de violencia de género. Veintisiete niños asesinados por violencia machista desde 2013, victimismo no.

Según el último informe del INE la brecha salarial media en España es de un 22'3%, aunque hay sectores como el científico y técnico donde alcanza el 32'2%, ¿victimismos? NO.

Podría seguir dando razones durante horas y horas para justificar lo más que necesaria es una huelga feminista. Precisamente en la jornada de este 8 de marzo, la CREEX, Confederación Regional Empresarial Extremeña, consideraba necesario seguir avanzando en igualdad pero además indicaba que la huelga laboral “no era el instrumento para conseguirlo”. Bajo mi opinión, por cosas como estas es necesaria una huelga feminista.

Y es que a lo largo de los últimos meses redes sociales se inundan de comentarios tipo: “Y el día del hombre ¿para cuándo?”, “no existe tal desigualdad entre hombres y mujeres” o “se piensan que todos somos iguales”. Por eso, creo necesario ofrecer dos explicaciones.

La primera. En 1910, la Internacional Socialista proclamó el Día de la Mujer con carácter internacional. Homenajearon así al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal.

La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países, entre ellas las tres primeras mujeres elegidas para el parlamento finés. En ese momento, no se estableció una fecha fija para la celebración.

El primer Día de la Mujer se celebró un año después, el 19 de marzo de 1911, en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza. Consistió en mítines a los que asistieron más de un millón de mujeres y hombres. Además del derecho de voto y de ocupar cargos públicos, exigieron el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.

Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes italianas y judías, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre. Entre 1913 y 1914, las mujeres rusas celebraron su primer Día Internacional de la Mujer el último domingo de febrero de 1913 como parte de los movimientos a favor de la paz que surgieron en vísperas de la Primera Guerra Mundial. En el resto de Europa, las mujeres celebraron mítines en torno al 8 de marzo del año siguiente para protestar por la guerra o para solidarizarse con el resto de las mujeres.

En 1917, como reacción ante los 2 millones de soldados rusos muertos en la guerra, las mujeres rusas escogieron de nuevo el último domingo de febrero para declararse en huelga en demanda de "pan y paz". Los dirigentes políticos criticaron la oportunidad de la huelga, pero las mujeres la hicieron de todos modos. Después de cuatro días, el Zar se vio obligado a abdicar y el gobierno provisional concedió a las mujeres el derecho de voto. Ese histórico domingo fue el 8 de marzo, desde entonces el Día Internacional de la Mujer.

NO ES CONTRA VOSOTROS, ES POR NOSOTRAS

La segunda. No es CONTRA vosotros, es POR nosotras. Para que vuestras futuras hijas no tengan que sufrir una brecha salarial. Para que las futuras generaciones de mujeres no tengan que sufrir tantos obstáculos para llegar a puestos directivos o incluso en muchos casos, para conseguir un empleo.

Esta lucha es para que ninguna mujer tenga miedo al regresar sola a casa. Para que no nos violen o nos asesinen por el simple hecho de ser mujer. Para que no nos hagan sentir débiles, para que no nos subestimen. Para que no nos desprecien. Para que vivamos en una sociedad más justa en la que todos tengamos los mismos derechos.