OPINIÓN: Tras la investidura de Vara
26 de Junio de 2019
Escuché íntegramente el discurso de Vara y las intervenciones de la oposición. En mis comentarios en Canal E. Radio dije que el discurso, en líneas generales, me gustó, lo que no impide que crea que tiene que profundizar más en algunas de las cosas que dijo. Salir al ruedo casi sin papeles, con apenas un guion, a explicar tantos temas y tan complejos sobre los problemas de Extremadura, denota que “le cabe en la cabeza” el Estado de la comunidad autónoma que preside y que lo explica con pedagogía y firmeza.
En las réplicas se enojó un poco con la oposición, a la que reprochó el que apareciera como si hubiera ganado las elecciones, y tuvo que hacerles llamadas a la humildad y recordarles que habían perdido las elecciones. Tenía razones para ello, pero no necesitaba darles ese vapuleo, y más sabiendo que estará dispuesto a dialogar con ellos lo que haga falta, como es su estilo. Y sabiendo también, por otra parte, que los problemas de Extremadura son tantos y tan grandes que, a pesar de la mayoría absoluta, no van a faltar ocasiones en las que sea necesario el apoyo de todos para intentar resolverlos.
Pese a este balance positivo que hago en conjunto de su discurso, me voy a permitir decirle algo en público (también lo haré en privado), que es lo que realmente me preocupa de esta nueva y, tal vez, última etapa que comienza en su ya prolongada vida política. Y lo hago con la libertad que me otorga el hecho de que yo no espere “al motorista” que acude a avisar a los nuevos cargos del gobierno. Y con la que me da también el que los elogios que haya hecho de él en algunas ocasiones no me han impedido transmitirle la crítica pública y privada que siempre he manifestado de sus actuaciones políticas.
Para que su discurso de investidura sea más creíble creo, sinceramente, que el presidente debe realizar cambios importantes en las personas y en los equipos que comparten con él la gestión en el gobierno y las instituciones. Creo, con todo respeto a las personas que ocupan esos cargos, que hay mucha mediocridad política, que faltan personas verdaderamente preparadas para una buena gestión y que sobran algunas que llegan a esos cargos por compromisos de partido que no deberían estar justificados.
Sé bien que la potestad de los nombramientos solo a él le corresponde. Pero dar una opinión sincera tampoco es algo que deba molestar a nadie, sobre todo si has comprobado previamente que no es poca la gente que así piensa.
Estaremos atentos a los cambios que se produzcan para que el desarrollo de todas esas ideas no se vea estorbado por gestores faltos de preparación y de ganas a la hora de enfrentarse a esa inmensa burocracia que estrangula tantas veces los proyectos de los sectores más dinámicos de la vida política y administrativa extremeña.
Mi mejor deseo para que esta nueva etapa política rompa con las inercias y los vicios del pasado, y para que el nuevo mandato del presidente Vara consiga logros importantes sobre problemas que no pueden esperar, aunque ello a veces tenga que llevarle a plantar cara, incluso, a decisiones o indecisiones del gobierno central de su propio partido.
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