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TRÁFICO

¿Por qué vemos la Luna mucho más grande cuando está cerca del horizonte?

TRÁFICO

7 de Agosto de 2017

¿Por qué vemos la Luna mucho más grande cuando está cerca del horizonte?

En muchas ocasiones, la Luna aparenta ser mucho más grande y llamativa justo al salir por el horizonte que cuando la encontramos más arriba en el cielo. ¿Por qué sucede? ¿Es realmente más grande o es un efecto óptico?

Lo cierto es que hay varias teorías que intentan explicarlo, pero se trata de un efecto óptico que tiene su explicación en la llamada ilusión geométrica de Ponzo, que demuestra el efecto que se produce en dos rectas de la misma longitud al converger con otros elementos cercanos.

Suele usarse como ejemplo la representación de una vía de tren y dos rectas paralelas, donde se puede apreciar que aparentemente una de las rectas (amarillas) es más grande que la otra.

Sin embargo, en este caso sabemos con certeza que las dos rectas son del mismo tamañ o. Se puede resumir de forma muy simple observando la siguiente figura: 

El problema es que en una de ellas las líneas de la vía están más alejadas, mientras que en la otra están más próximas. Si esto no es suficiente, he aquí un ejemplo mucho más práctico que viene a demostrar que no vemos con nuestros ojos, sino con nuestro cerebro:

De no ser porque esta animación nos acaba resolviendo la duda de si el coche del fondo es más grande o no que los otros dos, estaríamos convencidos de que efectivamente es así.

Pero no; los tres coches son exactamente del mismo tamaño, solo que dispuestos sobre la fotografía del fondo -con la calle como referencia-, nuestro cerebro nos lleva a engaño.

Con la Luna pasa lo mismo. Cuando está saliendo por el horizonte, la vemos mucho más grande aparentemente que cuando ya ha ascendido muy por encima del horizonte unas horas después.

Ésto es debido a que tenemos como referencia objetos o elementos que conocemos cuando la Luna se encuentra cerca del horizonte, como una montaña, árboles, edificios, etc... que dan una dimensión distinta a la que podemos observar cuando la Luna se encuentra en mitad del cielo, sin posibilidad de compararlo con otros elementos cercanos, ni siquiera con el entorno.

La fotografía superior demuestra que, en realidad, el tamaño de la Luna no varía. Lo único que de verdad varía es el color, ya que al estar más cerca del horizonte, la luz tiene que atravesar una capa mucho más gruesa de atmósfera hasta el observador, igual como sucede con el Sol en el amanecer y atardecer.

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