Presidente de la CHG: "La sequía no ha terminado, además los embalses no se llenarán"
23 de Abril de 2018
José Martínez Jiménez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, es un profesional experto y veterano. Conoce perfectamente la cuenca, sus presas, sus estiajes y crecidas. Sobre embalses, lluvias y riadas habla el presidente de la Confederación del Guadiana en esta entrevista exclusiva con 7Días.
¿A la vista de cómo están de llenos los embalses, se ha acabado la sequía?
No. La sequía no se ha acabado. Se ha paliado. Estamos en un periodo de lluvia que ha paliado el problema de la sequía, después de cinco años sin precipitaciones, pero no podemos decir que se ha acabado la sequía. No es así.
¿Qué le dicen los datos de ocupación actual de los embalses?
Que necesitamos más agua. Estamos por debajo de la capacidad de embalse, que es mucho mayor. Si siguiera lloviendo podríamos seguir recogiendo agua, un recurso que siendo escaso es muy necesario y nos vendría muy bien.
¿Se llenarán los embalses esta primavera?
No. No es factible que, con el volumen que tenemos ahora mismo y a la altura en las que estamos, salvo que se produjeran circunstancias muy espaciales, termináramos llegando a los niveles del año trece (2013), cuando se desbordó el Guadiana.
Habla de cinco años de sequía. ¿La falta de lluvias es un problema cíclico que suele durar cinco años?
Cíclico sí, pero no dura necesariamente cinco años. De hecho, antes de que empezase a llover, creíamos que este iba a ser el sexto año de sequía. Afortunadamente no ha sido así.
¿Cuánto tiempo hace que no se llena el embalse de La Serena, el mayor de la cuenca y uno de los más grandes de Europa?
Prácticamente podríamos hablar de un par de llenados en La Serena. En el año 95, después de otro periodo de sequía, empezó a recoger agua y en el 97, en febrero, superó el nivel de los aliviaderos. Se abrieron las compuertas por primera vez, como hecho histórico, y con posterioridad volvió a abrirse en 2013.
Haber pasado en dos meses de contemplar el fondo de los embalses a verlos casi llenos, ¿le parece normal o una señal de que algo está cambiando en el clima?
Todo influye algo y es una combinación de factores. Indudablemente se está produciendo un cambio climático, porque hay periodos más largos de sequía y luego se producen precipitaciones en épocas en las que no es habitual. Pero tampoco es la primera vez que hay grandes lluvias en primavera. En el año 2013, entre los meses de marzo y abril fue cuando se produjo la riada. Históricamente, antes de la construcción de la presa del Zújar, las inundaciones eran en primavera. El agua pasó por encima de los bloques de la presa en construcción.
¿Por qué siguen causando daños los desembalses intencionados? ¿No hay modo de evitarlos?
Se pueden producir por un mal manejo de las compuertas, cuando sale más agua de la que está entrando. Pero en las presas de labio fijo, que también producen inundaciones, no hay compuertas ni, por lo tanto, mal manejo de las mismas. En muchos casos, se inundan esas zonas porque estamos muy cerca de lo que es el dominio público del río; o porque, legalmente, el dominio público hidrológico se ha definido de una forma muy escasa.
¿Volverán a producirse riadas tan grandes como las que están marcadas en algunos monumentos, como Puerta de Palmas, en Badajoz?
No. No es lo normal. Esas riadas históricas normalmente se producían cuando había una regulación del río muy escasa y aportaciones extraordinarias. Pero ahora, con la regulación que hay es muy difícil que se produzcan. Ocurrirían si los embalses estuviesen prácticamente al cien por cien y se produjeran, a su vez unas aportaciones extraordinarias, lo cual no es probable.
¿Y una riada como la que causaron el Rivillas y el Calamón, los afluentes de Guadiana, que mató a 23 personas en Badajoz en 1997?
Esa riada no se dio en cauces que estuviesen regulados. Confluyeron una serie de circunstancias… La ciclogénesis que venía desde Portugal, que ya había causado estragos y muertes… Afortunadamente, la punta de la crecida de los arroyos Rivillas y Calamón no coincidió exactamente con la punta de crecida del Guadiana.
Si hubieran coincidido, la catástrofe podría haber sido mucho mayor. Con los datos que se tienen se encauzaron los dos afluentes para que no vuelva a repetirse una situación como aquella, pero eso no garantiza, al cien por cien, que no se pueda dar otra gran crecida; incluso mayor que aquella.
En teoría, donde se ha producido una gran riada se producirá al menos otra en los quinientos años siguientes; es decir, no quinientos años después, sino en ese periodo de retorno de quinientos años. La crecida podría ser incluso superior. Imposible no es, pero con las obras que se han hecho y la eliminación de los obstáculos que había en los cauces de ambos arroyos, es muy difícil que se produzca otra riada igual en el Rivillas y el Calamón.
Con el cambio climático, ¿las presas serán más necesarias o inservibles?
Creo que las presas siempre son necesarias. Las circunstancias así lo indican. Sin ellas no tendríamos un recurso que es muy necesario. España es un país mediterráneo que, con la climatología que tiene, agravada por los efectos del cambio climático, si no fuera por las presas tendría una grave problema. Por los ríos del sur de España corre más agua en verano con los riegos y las escorrentías que en algunos periodos del invierno. Las presas siempre son útiles.
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