Los vecinos de la calle Santa Lucía están hartos: "Pasamos miedo en nuestra propia casa"
22 de Mayo de 2023
Los vecinos de la calle Santa Lucía de Badajoz y aledañas están cansados de la situación que viven desde hace varios meses desde que abrieron una tienda en la zona.
Al parecer se ha generado un punto de reunión frente a este negocio ‘vending’ de jueves a domingo a altas horas de la madrugada cuando cierran los bares del río y el centro -entre las 03:00 y las 05:00- llenándose de gente para continuar la fiesta.
El vending es la venta de productos a través de máquinas automáticas. Solo hay que introducir monedas, billetes o tarjetas, pulsar un botón y esperar a que el producto caiga para disponer de él. Con esto este tipo de establecimientos se ahorran contratar personas.
Según cuentan los vecinos a 7Días, lo que ocurre es que las personas se acercan a comprar y se quedan en la puerta varias horas “generando bullicio, broncas y peleas”. De hecho, manifiestan que es habitual que lleguen vehículos con música a todo volumen, paren y no se vayan hasta terminar de comprar. Esto interrumpe su horario de sueño.
Los protestantes aseguran que la empresa que ha montado el negocio no tiene licencia de bar de hostelería, por lo que “si cualquier bar tiene horario de cierre, que este negocio lo tenga también”.
Hay que señalar que está ubicado en un edificio antiguo, con los techos abovedados, algo que hace que cualquier sonido se escuche amplificado en las viviendas próximas. No solo conversaciones entre la gente, sino productos al caer al depósito de recogida o el mecanismo de las máquinas.
En un escrito dirigido al Gobierno municipal les recuerdan que el edificio donde se encuentra el local “es un edificio catalogado con valor histórico, tipo B, protegido por el ayuntamiento. La tipología y cartelería del negocio no está conforme a la fachada protegida del edificio, y por este motivo queremos que el Servicio de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento lo revise”.
Además, “hay un foco halógeno de 1.000 W, una gran potencia eléctrica, que deslumbra toda la calle, contamina lumínicamente e impide conciliar al sueño. No se ha solicitado permiso alguno a los vecinos del inmueble para su instalación”.
Otra de las cosas que temen es el estado de algunas de las personas que llegan. A veces los vecinos protestan e invitan a los consumidores a callarse, pero no todos actúan de forma civilizada debido a que, según el testimonio de los pacenses que allí viven, van muy afectados por el alcohol y/o las drogas: “Pasamos miedo en nuestra propia casa, recibimos amenazas, nos tocan el timbre o nos orinan la puerta”.
Hasta el momento han hecho una recogida de firmas para intentar que el Ayuntamiento haga algo para su cierre o regulación horaria con el fin de acabar con esta problemática, explican a este medio.
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