Salguero sale de prisión gracias a un empleo en el Ayto. donde fue concejal
21 de Febrero de 2019
El Ayuntamiento de Calamonte (Badajoz), que preside Eugenio Álvarez Gómez, exconsejero de la Junta durante los mandatos de Ibarra y exsenador, ha sacado de la cárcel a Pedro Manuel Salguero Moreno, exconcejal socialista en la localidad y exgerente de la Orquesta de Extremadura, así como del Festival de Teatro Clásico de Mérida, condenado en sentencia firme por apropiación indebida de fondos públicos pertenecientes a la Orquesta, que se financia a través de los Presupuestos de la Junta de Extremadura.
“DEBEMOS CONDENAR Y CONDENAMOS a PEDRO MANUEL SALGUERO MORENO, como autor responsable de un delito de apropiación indebida tipificado en el art. 252 del C. Penal, en relación con el art. 250.1.5º del mismo Código, sin concurrir circunstancias modificativas de la responsabilidad criminal, a la pena de DOS AÑOS DE PRISIÓN, accesoria legal de inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y SEIS MESES DE MULTA, con una cuota diaria de seis euros y responsabilidad personal subsidiaria en caso de impago conforme a lo dispuesto en el art. 53 del C. Penal”, afirma la sentencia de la Audiencia Provincia, en Mérida, firmada el 26 de abril del año 2018; es decir, hace menos de diez meses.
En concepto de responsabilidad civil, a Pedro Manuel Salguero Moreno se le condena a indemnizar con 111.695,56 euros, más los intereses, a la Fundación Orquesta de Extremadura, así como al pago de las costas procesales.
113 DÍAS EN PRISIÓN
Pedro Manuel Salguero Moreno entró en prisión el día 10 octubre del 2018 y ha salido de la cárcel, con el tercer grado, el día 1 de febrero del 2019; es decir, 113 días, menos de cuatro meses, después de su encarcelamiento.
Y no sólo ha salido de prisión, sino que ha salido con un empleo en el Ayuntamiento de Calamonte. Es más, la obtención de ese empleo ha sido imprescindible para que consiguiera el tercer grado y salir de la cárcel.
¿CÓMO LO HA CONSEGUIDO?
El día 30 noviembre, el Ayuntamiento de Calamonte y la Junta de Extremadura, dentro del plan de empleo social, sacaron a concurso una plaza de auxiliar administrativo en el organigrama municipal. Para optar al empleo se presentaron 33 personas, de las que 25 fueron excluidas y 8 continuaron optando a la plaza. Entre esas 8 está el condenado, Pedro Manuel Salguero Moreno, que entonces se encontraba en prisión cumpliendo su pena por apropiación indebida.
El 13 de diciembre, Eugenio Álvarez Gómez, como alcalde de Calamonte, firmó el resultado de la selección de candidatos en la que, tras acreditar sus méritos, el exconcejal socialista y exgerente de la Orquesta de Extremadura, que continuaba en prisión, ocupa la primera posición, con 133'35 puntos, 20'10 más que la persona que fue colocada en segundo lugar.
Es verdad que toda persona que ha cometido un error y ha sido condenada en sentencia firme, aunque sea a prisión, tiene derecho a reintegrarse en la sociedad. Aquí lo que causa extrañeza no es que Pedro Manuel Salguero Moreno se integre, sino la rapidez con que se produce esa integración, con la concesión del tercer grado penitenciario, así como la forma para concederle el empleo imprescindible para ello: en un Ayuntamiento del que fue concejal y con un alcalde que es su compañero de partido.
Por si todo ello no fuera suficiente, resulta que Pedro Manuel Salguero Moreno aún tiene pendiente de juicio varias causas más, relacionadas con el Festival de Teatro Clásico de Mérida, del que fue gerente durante el anterior mandato presidencial de Guillermo Fernández Vara. Entonces dirigía el certamen dramático emeritense la actriz Blanca Portillo que, una vez celebradas las elecciones autonómicas y consumada la derrota de Vara, le dijo al ya presidente José Antonio Monago (PP) que dejaba la dirección del certamen debido a las enormes irregularidades económicas que había detectado en la gerencia del Festival.
EL MÉRITO DE ESTAR PRESO
Asombra que una persona como Pedro Manuel Salguero Moreno, que sin duda accede a los trabajos públicos fundamentalmente por su demostrada capacidad profesional y en mucha menor medida por su pertenencia al PSOE, partido político que gobierna las instituciones de las que dependen esos empleos, consiga con tanta facilidad un trabajo público que no lograron las personas que concurrieron con él a la plaza de auxiliar administrativo, ni los 4.200 jóvenes extremeños que el año pasado tuvieron que emigrar buscando trabajo, ni las 106.617 personas que, al 31 de enero, estaban apuntadas a las listas del paro como demandantes de empleo y que, en su gran mayoría, no se encontraban condenadas en sentencia firme por quedarse con el dinero de todos ni, hay que suponer, tampoco estaban en la cárcel cumpliendo condena.
Aunque, tal vez, estar condenado y en la cárcel sea un mérito adicional para conseguir un empleo en la administración pública dirigida por el PSOE, pues es impensable que el Partido Socialista conceda empleos, que no son de libre designación, en la administración por el mero hecho de militar en el partido que gobierna la correspondiente institución u organismo.
A Fondo