Se cumple un año y Víctor continúa presente en la memoria de los pacenses
24 de Enero de 2019
Ha pasado un año desde aquel trágico 21 de enero en el que fallecía Víctor Díaz, el pequeño de 5 años que perdía la vida al ser atropellado por un autobús mientras circulaba en patinete eléctrico, y las promesas para mantener su recuerdo siguen rotas, inconclusas, vacías...
Un capítulo más que pasa inadvertido para el Ayuntamiento de Badajoz, pero no para sus ciudadanos, una hoja del papel que se cubre con cada lágrima que derraman sus paisanos.
No hay color, región, historia, lengua o religión que pueda evitar que todos los pacenses se unieran en su honor en aquella Semana Santa de 2018, donde Cristo, fuera de su templo, recibía una de las levantás dedicada a su recuerdo. El propio padre del pequeño era quien procedía a dar la orden con el llamador, mirando al cielo, esperando que el alma de Víctor recibiera aquel grito de amor que todos los pacenses tenían guardado en sus corazones.
Su recuerdo impregna cada calle de la ciudad y un año más tarde, no se desvanece.
Quizás por esto, o por alguna razón que el pueblo desconoce, la cabalgata de los reyes magos de Badajoz de este 2019 fue dedicada a él.
La rotonda de Cuatro Caminos, que se encontraba llena de gente, de repente parecía vacía. Varios agentes del cuerpo de la Policía Nacional se dirigieron con mirada tensa y un silencio abrumador a aquel altar improvisado que aún persiste en el lugar donde el pequeño falleció.
Ante el altar, rectos y serios, formaron una fila y depositaron caramelos ante la mirada de los presentes, sencillo, breve, emotivo. No se necesitaban palabras para expresar lo que se sentía, la musicalidad del silencio rezaba por el pequeño.
Pese a sus homenajes, y este sentir tan extremeño, las promesas incumplidas del Ayuntamiento aceleran el ritmo cardíaco de sus ciudadanos. Las preguntas se agarran a las gargantas de los ciudadanos esperando a la Ordenanza de Movilidad Urbana, los pacenses no quieren volver a sufrir otra tragedia.
Esperan también esas instalaciones deportivas de la UVA que lleven el nombre del pequeño, Víctor Díaz, pero parece, que pese a las lágrimas, el dolor, los gritos de auxilio y su permanente recuerdo, no se materializa.
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