Ya no dan plazos para el rescate de Julen

Diez días después de que el pozo de sondeo de Totalán (Málaga) se tragase a Julen, de dos años y medio, ya no hay plazos certeros para rescatarle.

Las personas que día y noche trabajan en el operativo de rescate han dejado de marcar plazos tras comprobar que la tozuda, la durísima, la implacable realidad les iba echando por tierra una y otra vez los plazos que establecían, incluso los más pesimistas.

Un día, una hora, un minuto puede ser una eternidad cuando la esperanza y la vida se miden en segundos, en décimas de segundos.

Así que ya no hay plazos; sólo un objetivo irrenunciable: sacar a Julen del maldito pozo.

DE VUELTAS CON EL ENCAMISADO

Aproximadamente a las 2:30 horas de la madrugada de este miércoles, 23 de enero, se reinició el encamisado o entubado del pozo de rescate, operación que había sido abortada el martes debido a un problema técnico en las tareas de sondeo: los tubos de acero no cabían ni llegaban hasta el fondo del agujero, algo fundamental para el éxito de la operación.

El pozo auxiliar o de rescate, situado a unos cuatro metros del que, se supone, mantiene atrapado a Julen, tiene un diámetro de más de un metro y su fondo está a 60 metros bajo la superficie del terreno. Inicialmente se pensó que se tardaría en taladrarlos unas 15 horas, pero debido a la dureza del terreno, la operación duró 55 horas, casi dos días, con sus noches, más.

Una vez abierto este pozo supletorio, comenzó la colocación de los tubos por cuyo interior circulará el ascensor-montacarga especialmente diseñado para los mineros. Ya se habían colocado en el pozo 42 metros de tubos, dos terceras partes del encamisado, cuando apareció otro problema técnico: la anchura del pozo no permitía colocar los tubos hasta el fondo y situar la ventana, un paso para los mineros, del último tramo en la posición correcta, pues de lo contrario la galería que deben abrir no se sería perpendicular al lugar en el que se supone que está Julen.

Una vez colocados correctamente los tubos dentro del pozo auxiliar hay que asegurarlos fijándolos al terreno y en la boca del pozo hay que construir una plataforma para evitar derrumbes y asentar la grúa que bajará y subirá la cabina de los mineros y el material extraído de la galería.

¿CUÁNTAS HORAS SE TARDARÁ?

Horas, muchas horas, demasiadas. Pero los responsables del rescate ya no quieren decir cuántas. Cada vez que se incumplen los plazos, miles y miles y miles y centenares de miles de personas reciben un mazazo. Las primeras afectadas son las que están al borde del pozo, los padres del pequeño y los propios equipos de emergencia, por no mencionar al propio Julen, en cuya piel hay que ponerse para poder sentir en toda su dimensión lo que está ocurriendo.

Se han acabado los plazos pero se mantiene la determinación de llegar hasta Julen lo antes posible y sacarlo del pozo. A pesar de los pesares se está haciendo todo lo posible. A Julen se le busca en un laberinto de rocas y tierra que nunca se ha recorrido hasta ahora, así que es tan normal como frustrante que haya confusiones y se necesite dar marcha atrás para reiniciar la búsqueda por otro lado.