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Totalán, el pueblo del pozo del demonio, de Julen, de la chanfaina y de Antonio Molina

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22 de Enero de 2019

Totalán, el pueblo del pozo del demonio, de Julen y de Antonio Molina

Totalán es un pueblo bonito con un trazado urbano desparramado entre cuestas y cerros. Es un municipio tranquilo que ni siquiera en los años de mayor apogeo de uno de sus vecinos más ilustres, Antonio Molina, alcanzó niveles de notoriedad como los que está viviendo estos días.

Totalán tiene como ‘plato nacional’ la chanfaina, que sólo comparte el nombre con la chanfaina extremeña de Fuente de Cantos (Badajoz) pues las recetas de ambas preparaciones culinarias no sólo son muy distintas, sino que hasta puede afirmarse con propiedad que son opuestas. La localidad malagueña es un pueblo blanco enclavado en un paraje natural de gran belleza, en la comarca de la Axarquía. Es una de las ‘puertas’ de acceso a la comarca. Un típico pueblo andaluz situado al borde del mar Mediterráneo, sin llegar a ser un municipio costero; más bien es un pueblo de sierra. Está lo suficientemente cerca –doce kilómetros por carretera, la mitad en línea recta- de Málaga para no permanecer ajeno a los avatares de la capital de la Costa del Sol, y lo bastante alejado para que sus 700 habitantes disfruten de sus días con tranquilidad.

Así era al menos hasta que el domingo día 13 –el número no tiene culpa de nada, créame-, Julen, un niño de dos años y medio, cayó a un pozo de sondeo de 25 centímetros de diámetro y 107 metros de profundidad. Era un pozo para calmar la sed y se ha convertido en una de las tragaderas del infierno. Desde ese momento, Totalán también se ha transformado. Su nombre no sonaba o se escuchaba muy poco y en unas horas se ha convertido en uno de los pueblos más famosos de España; actualmente, sin la menor de las dudas, en el más famoso.

Pocas personas pueden situarlo en el mapa, pero todo el mundo sabe que Totalán es el pueblo del pozo, del maldito pozo, el pueblo de Julen, el pueblo de la solidaridad, el pueblo del milagro, si es que la Humanidad se merece todavía ser bendecida con un milagro.

La plaza Antonio Molina, de Totalán, la preside una estatua del portentoso cantaor malagueño, que nació en la cercana Málaga, pero de familia totalana, y se crio en el pueblo. La epopeya que se vive estos días en los altos de la sierra de Totalán es digna de la portentosa garganta del ‘minero’ Antonio Molina.

Si basta con las informaciones que sobre el rescate de Julen están publicando los medios –desde 7Días hasta televisiones de todo el mundo- para que se erice la piel, ¿hasta qué nivel llegaría la emoción de la gente si esta historia sin igual, por lo espectacular, dura y humana, pasase por la garganta de Antonio Molina, el minero de la copla?

La desaparición de Julen ha puesto en el mapa a Totalán, y a su paisaje y a sus gentes, con una fuerza que jamás consiguieron las coplas del fundador del clan de los Molina: Ángela, Micky, Mónica, Olivia…

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