El Ayuntamiento de Piornal compra su pueblo, expropiado por Madoz
8 de Agosto de 2018
La propiedad de la tierra y las lindes vienen originando conflictos desde que la especie humana decidió que una parte del planeta Tierra era suya; su territorio, su finca, su parcela, su casa. Definitivamente suya.
Pero pocos conflictos han durado tanto en el tiempo como el del municipio cacereño de Piornal, donde ha existido un enfrentamiento por las tierras desde la desamortización de Madoz, en 1855, una desamortización que no es tan famosa como la de Mendizábal (1836), pero también tuvo su importancia.
Nada más y nada menos que 163 años llevan peleando y pleiteando los piornalegos por la propiedad de la mayor parte del término municipal de su pueblo, el situado a más altitud en toda Extremadura, famoso por muchas cosas entre las que está el Jarramplas y su festín de nabos.
1.800 HECTÁREAS
Pues el conflicto por las tierras de Piornal parece que ha llegado a su final. El Consistorio ha decidido comprar su término municipal, concretamente 1.800 hectáreas, que por ser, desde ahora, del Ayuntamiento son a la vez de todos los vecinos. A estas 1.800 hectáreas se suma la recuperación de otras 600, denominadas ‘terrenos ocultos’, que, por carecer de un titular claramente definido desde el punto de vista notarial, han estado siempre en litigio. A esta superficie se suman otras 600 hectáreas de la dehesa boyal que junto a la extensión del casco urbano sitúan en aproximadamente 3.000 hectáreas el término municipal piornalego.
Esta insólita compra del pueblo cuesta 1.540.000 € y, según el alcalde, Ernesto Agudiez, ha sido posible gracias a una operación de crédito a largo plazo de 900.000€ que serán devueltos a lo largo de 15 años. La inusual operación debe poner punto y final a un conflicto que ha arribado numerosas veces a las arriscadas y peligrosas costas de los tribunales y, siempre, a costa del erario municipal. Medio millón de euros asegura el alcalde que ha perdido el Ayuntamiento en costas procesales.
TODO EMPEZÓ CON MADOZ
Pascual Madoz Ibáñez (1806-1870) fue un político navarro, del Partido Progresista, que llegó a ministro de Hacienda durante el Bienio Progresista (julio de 1854 a julio de 1856), y alcanzó fama por su diccionario geográfico y, sobre todo, por su desamortización, que, como otras, consistió en arrebatarle a las ‘manos muertas’, de ahí lo de la ‘desamortización’, de la Iglesia, de las órdenes militares, corporaciones y otras ‘entidades sin ánimo de lucro’ bienes inmuebles, tierras, edificios…, y ponerlos, mediante subasta, en manos de particulares deseosos de explotarlos en beneficio propio.
Con la promulgación, en mayo de 1855, de la Ley Madoz, el Estado se quedó con las tierras que estaban en posesión de las ‘manos muertas’ y las subastó.
Por orden de la reina Isabel II, al Ayuntamiento de Piornal se le asignaron unas 600 hectáreas que actualmente integran la dehesa boyal, terreno en el que, originariamente, pastaban los bueyes y otros animales del conjunto de la población. El resto del término municipal, unas 2.400 hectáreas, se dividieron en lotes y salieron a subasta.
El terreno se distribuyó entre unos 300 piornalegos que, posteriormente, se organizaron en una comunidad de bienes denominada La Defensa, nombre claramente premonitorio y anunciador de intenciones.
A partir del año 1991, el Ayuntamiento pretendió recuperar parte del terreno, pero sus intentos han encallado siempre los tribunales de Justicia.
Finalmente se ha optado por la negociación, el acuerdo y la compra, con apretón de manos para los medios informativos. Las 1.800 hectáreas que Madoz arrebató a las ‘manos muertas’ de Piornal vuelven a las ‘manos muertas’ del Ayuntamiento de Piornal 163 años después. Se trata de un hecho histórico, según el alcalde, Ernesto Agudiez Sacristán, del PSOE.
Claro que las corporaciones municipales actuales no son como las de 1855 y a la de Piornal no le faltan proyectos para conseguir que esos terrenos sean tanto o más rentables en manos ‘muertas’, por públicas y municipales, que en manos ‘vivas’, por privadas y particulares.
TODO LO ESCRITURADO
El ayuntamiento adquiere “todo lo que está escriturado”. “A partir de hoy nadie podrá decir que el terreno no es del municipio porque todo el patrimonio que era del pueblo antes de la desamortización vuelve de nuevo al pueblo”, afirma Agudiez, para quien este es “el mejor acuerdo posible”. “Si otros municipios se dedican a vender patrimonio, en este caso el Ayuntamiento de Piornal lo que hace es adquirir patrimonio”, enfatiza el alcalde. “No hemos parado de tener juicios, de tener paralizado el pueblo, de muchas inversiones que se cancelaban, con unos precios de los solares bastante altos y muchos conflictos de convivencia entre vecinos del pueblo”.
PROYECTOS
Piornal es, según su alcalde, un pueblo con activos muy potentes con muchas posibilidades de desarrollo para luchar contra la despoblación a través de la creación de empleo.
Afirma que ya hay varios proyectos e ideas, en torno al turismo y al agroturismo, como la reconversión de 200 hectáreas para castaños o la explotación del agua mineral del municipio.
Para Ernesto Agudiez no es menos beneficioso el ahorro en costas judiciales, que baje el precio de los solares y el final de los enfrentamientos personales entre familias debido al cese de las disputas por los terrenos.
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