Carta de trabajadores de una residencia extremeña: "No sabemos cuándo cobraremos"

Los trabajadores de la residencia de ancianos de Santiago de Alcántara dicen sufrir desde hace dos años el impago de nóminas, situación que, según ellos, se ha hecho insostenible y "creemos que después de aguantar tantos años es hora de decir" ¡BASTA YA!.

ESCRITO TRABAJADORES

El principal objetivo de este escrito no es perjudicar a nadie, sino que nuestra situación no quede en el olvido puesto que los mayores afectados somos nosotros.

Cuando pedimos explicaciones a la empresa, la respuesta que recibimos por su parte es que no nos pagan porque no le abonan sus facturas en fecha y forma, y porque no recibe el pago total de la subvención por parte del Ayuntamiento. Este nos dice que tiene dos meses para abonar las facturas presentadas por la empresa y que además el SEPAD le paga con retraso y por su parte el SEPAD nos dice que le falta documentación para poder enviar la subvención al Ayuntamiento.

Por otra parte, la empresa nos comunica que no tiene liquidez para pagarnos y que depende de terceros para poder hacerlo. Ante tal galimatías lo único que sabemos con certeza es que tenemos nóminas atrasadas, que no sabemos cuándo cobraremos, y que cuando lo hacemos es “a trancas y a barrancas”.

No sabemos quién es el culpable de todo esto y no es nuestro mayor interés; pedimos que se nos dé una solución y que esto no se prolongue por más tiempo.

Hemos firmado un contrato laboral con la empresa que gestiona la residencia, por lo tanto entendemos que a quien se le debe exigir el pago de nuestras nóminas es a dicha empresa. Así lo estamos haciendo a través de la vía judicial, porque es la última solución que nos queda, aún sabiendo que esto se alargará, pues la justicia va lenta.

La relación laboral que tenemos con la empresa nos obliga a cumplir con nuestra responsabilidad de ir a trabajar, lo que diariamente hacemos. Pero también le obliga a ella a cumplir con la responsabilidad de abonar nuestras nóminas en fecha y forma, cosa que no está realizando.

No podemos continuar con esta situación ni un minuto más, todo esto nos está afectando familiar y emocionalmente. Nuestras familias dependen del fruto de nuestro trabajo y además vivimos con la incertidumbre de no saber si vamos a cobrar a final de mes, máxime cuando por nuestra parte cumplimos, y con creces, con nuestra labor.

Parece que a nadie le importe lo que pueda suceder con los ancianos residentes y sus cuidadores. Vivimos una situación límite y desesperante durante esta pandemia, perdimos a muchos de nuestros queridos residentes y los gerocultores estuvimos siempre al pie del cañón.

¿Por qué nadie hace nada por solucionar nuestra situación? ¿Por qué durante los dos meses del estado de alarma, sí se nos abonaron las nóminas, y ya no? ¿Por qué las autoridades, que son conocedoras de esta situación, se cruzan de brazos? ¿Hasta cuándo vamos a poder soportar esto? Todas estas preguntas siguen sin respuesta.

No pedimos nada que no nos pertenezca por ley, puesto que la Constitución en su artículo 35.1 establece que: “Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. Y el Estatuto de los Trabajadores en su art. 4.2 dice que: “los trabajadores tienen derecho a la percepción puntual de la remuneración pactada o legalmente establecida”.