En el Mundial no hay enemigo pequeño

“No hay enemigo pequeño”, afirman algunos entrenadores de fútbol, poniéndose el parche antes de que le salga el grano de los malos resultados. Pues, mire usted, resulta que es verdad, que no hay enemigo pequeño. Al menos en el Mundial.

Los resultados registrados en los encuentros disputados en la jornada del martes así lo atestiguan.

La selección de Japón, donde el fútbol está aún muy lejos de la élite, derrotó a Colombia. (1 – 2) Es la primera vez que una selección de Extremo Oriente derrota a un combinado suramericano en un Campeonato del Mundo. En la selección nipona está Inui, delantero del Éibar (posible jugador del Betis) y primer futbolista del conjunto armero que disputa un Mundial.

El encuentro comenzó a ritmo de plusmarca mundial pues el colegiado pitó penalti a favor de Japón en el minuto dos del encuentro y expulsó, con roja directa, al colombiano Carlos Sánchez a los ¡176 segundos!, ¡176 y segundos! Del pitido inicial. Es la expulsión más temprana de la historia de los mundiales.

Japón marcó el penalti (Shinji Kagawaha) y Colombia empató en el minuto 39, de falta, por medio de Juan Fernando Quintero, que sería sustituido veinte minutos después por el exmadridista James. Yuya Osako deshizo el empate en el minuto 73, con un remate de cabeza, dándole la victoria a Japón.

SENEGAL SE COME A POLONIA

Senegal brilló en el campo y en las gradas. Sobre el césped, los senegaleses se comieron a los polacos (2 – 1) causando sorpresa. En el graderío, la afición senegalesa asombró al mundo recogiendo la basura, como 7Días informa en la sección ‘Los gestos del Mundial’.

No fue el día de Polonia ni tampoco de su goleador Lewandowski, delantero centro del Bayern de Múnich, que no disparó a puerta hasta el minuto 50. El primer tanto se lo marcaron los polacos en propia puerta, por obra y desgracia de Thiago Rangel Cionek. El 2 – 0 llegó en el minuto 60, con un gol de M’ Baye Niang, en una salida alocada del guardameta de Polonia.

Los polacos no inauguraron su casillero hasta el minuto 86, con un tanto de Krychowiak.

Y RUSIA, TAMBIÉN

El ‘gigante ruso’ volvió a ganar, lo cual ratifica que no hay equipos pequeños; y mucho menos en este mundial.

Rusia es un grandísimo país, con 150 millones de habitantes, pero su selección no es una de ‘las grandes’. O no lo era hasta que comenzó el Mundial. Incluso se pronosticaba que Rusia sería la tercera selección de la historia, tras la España del Naranjito y la Suráfrica de Suráfica, en no pasar de la fase de grupos. Pues nada de eso. La ‘pequeña Rusia’ ya está clasificada. Goleó (5 – 0) a Arabia Saudita en el partido inaugural y ha vuelto a golear (3 – 1) en el segundo; esta vez a Egipto. En el primer encuentro tuvo un papel estelar el canterano madridista y jugador del Villarreal Chéryshev, que también le ha marcado a los egipcios, empatando a tres tantos en la tabla de goleadores con Cristiano Ronaldo, que vuelve a jugar este miércoles, a parir de las 14:00 horas. En la selección de Egipto jugó Salah, después de su lesión, y marcó, en el minuto 73, de penalti, pero los egipcios salieron del encuentro casi con las maletas en las manos.