Formar a los trabajadores de la noche, un antídoto contra las agresiones sexuales

Informar a la juventud y formar a los profesionales del ocio nocturno se consideran iniciativas claves para combatir las agresiones sexuales en las zonas de diversión.

En Cataluña ya se están aplicando la segunda de estas medidas. Para terminar con las actitudes inadecuadas en los establecimientos del ocio nocturno, se está haciendo hincapié en la formación de los trabajadores del sector. Los profesionales de seguridad reciben formación genérica y, ahora, la idea es formarlos en el apartado concreto de las agresiones sexuales. El protocolo de formación está impulsado conjuntamente por la Generalitat de Cataluña, las administraciones locales, las entidades sociales y las empresas.

Para Josep María Tamarit, catedrático de Derecho Penal de la Universidad Abierta de Cataluña, “hay aspectos que pueden ser complejos en la práctica forense, como la prueba de la falta de consentimiento de la víctima o el conocimiento por parte del acusado del alcance del consentimiento, por lo que es necesario actuar para prevenir, informar a los jóvenes, apoyar a las víctimas y formar a los profesionales”.

¿Y SI NO HAY AGENTES DE SEGURIDAD?

Pero hay ámbitos del ocio nocturno en los que la asistencia de jóvenes es enorme, por ejemplo el ‘botellón’ y la presencia de agentes de seguridad nula. En estos casos, es necesario recurrir a la autoprotección o a la protección proporcionada por las personas más cercanas a la víctima y, evitar, por todos los medios que las agresiones se acepten como algo normal.

Un estudio dirigido por la Universidad de Granada revela la existencia de “múltiples formas de violencia sexual” en el ‘botellón’, que suele desarrollarse en “un contexto machista y patriarcal” aceptado y asumido por las chicas.

La sentencia judicial del 5 de diciembre de mantener la pena de nueve años de cárcel a los cinco miembros de La Manada, por lo que sucedió en los sanfermines del año 2016, remueve la conciencia ciudadana y hace florecer las distintas percepciones de una misma realidad. El fallo judicial ha traído olas de indignación, pero no toda la sociedad lo contempla de la misma forma. Según la primera encuesta de Percepción social de la violencia sexual, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de 2017, aunque resulte increíble, el 15% de los españoles considera que, si está borracha, la víctima de una violación tiene parte de culpa “por haber perdido el control”. Según el mismo informe, la mitad de los hombres españoles y el 45,6% de las mujeres consideran que el alcohol es “a menudo” el detonante de una violación y que el haber bebido en exceso exime en parte a quien agrede.

En opinión de Eduard Ramon Ribas, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de las Islas Baleares, la sentencia de La Manada “ha removido los fundamentos del derecho penal sexual en España, que distingue entre agresiones y abusos. Esta distinción, de la que depende la sumisión a dos regímenes jurídicos muy diferenciados, se quiere suprimir. Se pretende, en concreto, calificar todo atentado sexual como una agresión sexual. Será preciso decidir, sin embargo, si el empleo de violencia o intimidación se equipara, sin más, a la ausencia de consentimiento (a los atentados sexuales cometidos, por ejemplo, de forma alevosa, sorprendido a la víctima con tocamientos sexuales o aprovechando que está inconsciente) o merece una pena más grave”.

AGRESIONES TECNOLÓGICAS

La encuesta Percepción social de la violencia sexual también señala que los espacios de ocio juvenil son de vulnerabilidad “por el uso de las tecnologías”: se graban y difunden imágenes donde las principales víctimas son las chicas. Los expertos reclaman programas de prevención.

LA MITAD, MENORES

La mitad de las víctimas de delitos sexuales en España son menores. El año pasado, 9.537 personas denunciaron haber sufrido delitos sexuales y casi la mitad de ellas (4.542) eran menores de edad en el momento de los hechos, según un informe del Ministerio del Interior sobre los delitos contra la libertad e indemnidad sexual.

Cataluña, Andalucía, Madrid, la Comunidad Valenciana, Navarra, Canarias y Baleares encabezan la lista de comunidades con mayor incidencia en los delitos sexuales. Aproximadamente el 78 % de las víctimas son españolas; en el 22% restantes, las víctimas extranjeras, destacan las marroquíes y las británicas.