El pacense que siempre andaba descalzo y fue asesinado será beatificado

El Papa ha autorizado la promulgación del decreto que reconoce el martirio de cinco frailes menores, asesinados en 1597 en Georgia –Norteamérica-, y entre ellos se encuentra Fray Antonio de Badajoz, un religioso laico de la Provincia Alcantarina de los Frailes Menores de San Gabriel que nació en La Albuera.

Tenía 38 años cuando fue martirizado y llevaba 10 años en las misiones. Pertenecía a la orden estricta Alcantarina, por lo que siempre andaba descalzo y además cortaba su pelo como san Francisco: rasurado por la parte de arriba.

Además, entre ese grupo de cinco encontramos a otro extremeño fray Blas Rodríguez, de Cuacos. Los demás también eran españoles: Pedro de Corpa, Miguel de Añón y Francisco de Veráscola.

LA MUERTE DE LOS MÁRTIRES

Su viaje a Norteamérica fue por “amor a Cristo y servicio a la Iglesia”, comentan desde el Arzobispado de Mérida-Badajoz, y su muerte fue trágica.

Cuando llegaron al pueblo de Tolomato, la tribu que lo habitaba tenía la costumbre de tomar varias esposas a la vez, por lo que solo bautizaban a aquellos que se comprometieran con la monogamia. Algunos cedieron a ello, pero otros no.

Juanillo, sobrino del jefe del pueblo y destinado a sucederle, se bautizó y no le importó romper su promesa: estaba decidido a tomar otra esposa. Cuando Pedro -uno de los mártires- lo llamó para recordarle el compromiso, lo mató de un hachazo. Seguidamente pasó lo mismo con los demás, incluidos Miguel de Añón, de Zaragoza, quien, antes de ser masacrado junto con su colaborador e intérprete Antonio de Badajoz, consiguió celebrar misa, perdonando a sus asesinos.

Según cuentan, el jefe de la tribu alertó al fraile pacense del peligro inminente. Sin embargo, tenía clara su misión en el lugar y decidió seguir al lado de Añón.