Mérida tendrá que competir con Inglaterra por el megaproyecto de la azucarera
3 de Julio de 2017
El Diario Oficial de Extremadura publicaba el pasado viernes la tramitación de autorización ambiental integrada del proyecto de interés regional Parque Industrial Sur de Extremadura.
Se trata de una planta de procesado de remolacha azucarera para la elaboración de azúcar refinado en el término municipal de Mérida, en concreto en el Expacio Mérida ubicado en la A-5.
El proyecto supondría una inversión de 400 millones de euros y ocuparía casi 60 hectáreas. El alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, se ha mostrado prudente "porque el mismo proyecto se está tramitando en Inglaterra", pero al mismo tiempo esperanzado en que salga adelante.
DOS CANDIDATOS
De este modo, Mérida competirá con Inglaterra para acoger este proyecto. Osuna ha destacado y agradecido el trabajo realizado desde hace meses desde Alcaldía y los delegados de Hacienda y Urbanismo, en permanente contacto con la empresa, y el que se inicia ahora de manera conjunta con otras administraciones, “porque esta tramitación que ahora se inicia con las modificaciones urbanísticas necesarias, va a ser fundamental para saber si el proyecto se establece en la ciudad”.
El alcalde se reunirá esta semana con la Asociación de Empresarios de Mérida para ofrecer más información del proyecto, “aunque han estado al tanto del proyecto”. "Aún muchos pasos por dar”.
“Son condicionantes de tramitación administrativa, ambientales y económicos, algunas disquisiciones fiscales que ha planteado la empresa a las administraciones, y que conocerán con anterioridad los grupos políticos”, señala Osuna.
El alcalde considera que “si uno quiere ser atractivo para un proyecto de este calado, tiene que competir en las mismas condiciones que el resto de países de la Unión Europea. Siempre hemos dicho que hay que favorecer que las empresas vinieran y mejorar los condicionantes, favorecerles en la tramitación, agilidad y condiciones y, al menos, tendremos que llegar a las mismas condiciones”.
“No sólo se trata de una fábrica que transforma la remolacha en azúcar, sino que además generaría un motor de otra economía auxiliar de productos derivados del azúcar, más toda la economía inducida de sectores agroalimentarios e industriales que trabajarían en su entorno”, ha concluido.
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