Obligó a sus hijos de 9, 13 y 14 años a mantener relaciones sexuales con un anciano

Una mujer ha sido condenada por obligar a sus tres hijos menores de edad, de 9, 13 y 14 años a mantener relaciones sexuales con un anciano a cambio de dinero durante dos años con una frecuencia diaria, según reza la sentencia.

El hecho ocurrió en 2007 cuando la mujer forzó en un pueblo cercano a Sevilla (capital andaluza) a sus hijos menores de edad. El hombre con el que estuvieron obligados a mantener relaciones tiene 79 años de edad, y lo han condenado a 36 años de prisión por agresión sexual, prostitución de menores y, además, deberá indemnizar a los jóvenes, junto con la mujer, con un importe de 140.000 euros.

La madre, por su parte, ha sido condenada a 40 años de cárcel. Los jueces la consideran cooperadora necesaria en tres delitos continuados de agresión sexual, dos de ellos “con introducción de miembros corporales”, junto a dos delitos continuados de prostitución de menores y otros dos de maltrato habitual.

“Las agresiones sexuales de sus hijos eran el medio necesario para conseguir como fin la explotación económica de los mismos”, desvela el fallo sobre los menores, que sufren trastornos de estrés postraumático con ansiedad y secuelas psicológicas crónicas. Los ataques sexuales se produjeron en diferentes periodos, entre 2007 y 2009, y entre 2012 y 2014, “repitiendo las mismas actuaciones, las mismas pautas y en general los mismos lugares en el caso de los tres menores”.

No obstante, ninguno de los condenados cumplirán más de 20 años de cárcel, según establecen los jueces Mercedes Alaya, Juan Romeo y Esperanza Jiménez de la Sección Séptima de la Audiencia. Si los magistrados consideran que el parentesco es un agravante para los delitos de prostitución de menores, entienden como atenuantes su grave adicción al alcohol y las drogas y su alteración psíquica para haber cometido los dos delitos de maltrato habitual.

La Audiencia expone con crudeza cómo durante la adolescencia de una de las niñas y “con seguridad” a partir de 2007, cuando la menor tenía 13 años, la madre obligó, “con golpes y amenazándola con agredirla o con no darle de comer”, a que mantuviera encuentros de carácter sexual con el hombre. Lo hizo “a cambio de recibir una suma de dinero que previamente había concertado”, según el fallo.

El hogar familiar era un sórdido escenario de abusos, según el relato de hechos que incluye la sentencia: “les agredía habitualmente, con palizas muy frecuentes si aquellos no accedían a hacer lo que ella quisiera”, pues “además de las referidas citas sexuales, tenían que ocuparse de las labores de la casa o de cuidar a sus hermanos más pequeños, e inclusive les golpeaba sin justificación alguna”. Además, la condenada “incumplía sus deberes más elementales como progenitora de los mismos, pues no atendía el aseo del domicilio familiar, ni de sus hijos menores, ni los llevaba al médico ni al colegio, provocando una situación de total abandono de los mismos”.